Christopher Freeman, un joven de 27 años, ha sido detenido por irrumpir en la escuela secundaria Bear Lakes, Florida, con un fusil AK-47 porque su hijo le había llamado llorando y diciendo que un profesor le había pegado, según 'The Palm Beach Post'.
El hombre llegó con actitud amenazante y con el fusil cargado pidiendo una explicación, lo que obligó a cerrar la escuela ante un posible tiroteo.
Según los oficiales, Freeman no paraba de repetir: "Quiero ver al tipo que golpeó a mi hijo. Tengo algo para él". Además, esa misma mañana el director de la escuela le había llamado para hablar del supuesto incidente y éste le había dicho que estaban "todos muertos".
Cuando la policía llegó al lugar detuvieron al hombre y le requisaron el arma, una AK-47 Mini Draco, y la munición. Se enfrenta a un cargo por posesión de armas en una propiedad escolar, asalto agravado y perturbación de la paz.