El Seprona de Vecindario (Gran Canaria) ha investigado a una mujer por un delito de maltrato animal al tener un perro Labrador Retriever o mestizo en un domicilio privado de Gran Canaria en estado precario, presentando extrema delgadez severa y probablemente afectado de filaria, y a una veterinaria por un delito de omisión al no incautarle el animal pese a su estado.
Según informa la Guardia Civil, la investigación se inició gracias a la colaboración ciudadana y de una protectora, quienes resaltaron las pésimas condiciones físicas de un perro que una ciudadana se había encontrado por la calle en Tasarte. De esta manera, a la vista que nadie en el pueblo respondía como su propietario tras haber pedido ayuda en redes sociales para identificarlo, el animal fue llevado a un veterinario para hacer una evaluación del estado del animal, ya que el mismo presentaba síntomas de estar desnutrido por su mal estado físico.
La veterinaria constató que el perro tenía graves signos de desnutrición y una pésimas condiciones higiénicas sanitarias, diagnosticándole artrosis en la cadera y atrofia muscular, desnutrición severa, filaria y dermatitis. Por ello, a la vista del anuncio en redes sociales se pudo identificar a la propietaria del perro que se personó en el Centro Veterinario, comunicando que es de su padre y que ella se hizo cargo del mismo porque su padre tenía una enfermedad.
Además, la veterinaria supo que la responsable del can no posee cartilla sanitaria, ni microchip, ni vacunas, incluida la vacuna obligatoria de la rabia. En este sentido, la responsable del animal explicó a la protectora que el perro no estaba en malas condiciones y que su estado era por su avanzada edad, siendo éste el motivo de su delgadez, y no porque el animal se encontrara amarrado con una cadena que no tenían la longitud suficiente para que el perro se pudiera mover con un mínimo de libertad, teniendo las orinas y excrementos alrededor sin limpiar y que los 20 milímetros de pienso que come son lo suficiente.
Por su parte, la protectora viendo su buena fe le devolvió el animal, acordando poder ver al animal, mientras que transcurrido un tiempo, la protectora no recibió ninguna información sobre el perro, por lo que decidió denunciarlo. Así, agentes del Seprona se personaron en el domicilio para ver el estado del animal y solicitaron la presencia de la veterinaria oficial del Ayuntamiento correspondiente, observando que el can presentaba una desnutrición severa, además de como varias heridas en la columna y en ambas orejas, comprobando que al andar perdía equilibrio en los miembros posterior, supuestamente por carecer de musculatura suficiente.
De esta manera, los agentes identificaron a la persona responsable, quien no pudo documentar ni acreditar ningún tratamiento veterinario ni los cuidados más básicos para garantizar su vida y su salud, argumentando que lo entregará en sede judicial, concluyéndose de que había sido sometida a un sufrimiento injustificado. Por parte de la veterinaria oficial, ésta no tomo la decisión de incautarle el animal a pesar del estado pésimo que presentaba éste, es por ello que se procedió a investigar a la veterinaria por omisión.
Finalmente, por estos hechos se procedió a la investigación dos personas como presuntos autores de un delito maltrato animal, siendo las Diligencias puestas a disposición del Juzgado de Guardia de Santa María de Guía, así como de la Fiscalía Provincial de Medio Ambiente de Las Palmas.
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