El suceso se ha producido hacia las ocho de la mañana en una sucursal del banco Santander en la confluencia de las calles de Alcalá y Príncipe de Vergara.

Tres empleados han resultado heridos leves, con contusiones, y algunos de ellos habían sido atados.

El Samur ha acudido a la sucursal, ubicada en el número 74 de la calle Alcalá, en la esquina con Príncipe de Vergara, tras ser alertado del atraco de cuatro hombres armados con un machete y armas de fuego de la sucursal.

Ha sido el portero de una finca colindante el que ha alertado de que había visto a un hombre encapuchado que amenazaba al director de la sucursal en el interior de la entidad.

Transcurridos unos diez minutos los atracadores han huido, según las primeras investigaciones por el alcantarillado, y los ocho empleados que habían sido retenidos han podido salir.

Inicialmente se pensó que los ladrones no habían conseguido llevarse nada, pero las inspección posterior ha determinado que sí se han llevado un botín, aún por concretar.

La madre de una empleada ha explicado a la prensa que su hija la llamó llorando y muy nerviosa por la mañana, una vez finalizado el atraco, explicándole que unos ladrones encapuchados habían entrado "por una trampilla" y dijeron a los empleados que no les iban a hacer nada, pero llevaban navajas y pistolas y les ataron.

Los atracadores, cuatro hombres que portaban armas de fuego y un machete, según han contado después a la Policía los empleados del banco, han mantenido retenidos al personal de la sucursal durante un corto periodo de tiempo hasta que finalmente han huido del inmueble por el alcantarillado.