Después de que el padre de familia, activista político, recibiera varias amenazas de muerte, la familia Tamrazyan decidió huir de Armenia y acabó viviendo en los Países Bajos. Allí, según publica el medio Quartz!, un juez les concedió asilo a todos, sin embargo el Gobierno emprendió un proceso judicial y consiguió revocar esta decisión.

A pesar de que los Tamrazyan intentaron que sus hijos sí pudieran disfrutar del asilo, sus esfuerzos no tuvieron éxito y toda la familia se ve obligada a dejar el país.

Desde finales de octubre, toda la familia se trasladó a vivir a la Iglesia Bethel, en La Haya, donde los religiosos los protegen. Para evitar que las autoridades los acaben deteniendo, en esta iglesia llevan 27 días celebrando 'servicios religiosos'. Según la ley del país, no pueden acceder a los lugares de culto en estos casos.