"Cuando alguien me dice que mi hijo está muerto, yo lo creo", así ha hablado un anciano estadounidense -Frank J. Kerrigan- al recibir, 11 días después de su entierro, la llamada de su hijo.
Un amigo le dijo que su hijo seguía vivo y que estaba con él. En ese momento, le pasó el teléfono y él le pudo decir: "Hola papá".
Un error en la identificación de un cuerpo ha sido la causa de la confusión. Habían encontrado el cadáver de un hombre de unos 60 años y los funcionarios del condado de Orange, en California, determinaron que era el hijo de Kerrigan.
Según asegura el anciano, de 82 años, a la revista Time, creyó lo que le dijeron porque afirmaban que estaban seguros. Su hijo tiene una enfermedad mental y ha vivido en la calle durante años.
La familia celebró un funeral por la muerte del hombre y ahora, tras recibir su llamada, lo han comunicado a las autoridades, que han verificado que la identidad del cadáver se correspondía a otra persona.