La magistrada del Juzgado de Menores de Girona ha acordado el internamiento cerrado y terapéutico de la joven, de 17 años, en un centro de menores durante seis meses, prorrogables por tres más, en el caso que no se hubiera celebrado el juicio de la menor. La joven, que había sido adoptada en Rusia, confesó ayer que había matado a su madre, que falleció a causa de heridas de arma blanca, una de ellas en el cuello, en el domicilio familiar de Banyoles.
Tras el crimen, la joven se marchó de la casa y se fue a la peluquería y al instituto donde estudia, hasta su detención ayer en una vivienda familiar de Castell Platja-d'Aro. El letrado ha explicado que la joven ha declarado que "quería dar un escarmiento a su madre, pero no supo que la había matado hasta que se lo dijeron los Mossos d'Esquadra cuando la detuvieron en Platja d'Aro".
La joven, que ha declarado durante más de dos horas, "lo ha explicado todo con mucho detalle", según su abogado. "Ella solo quería darle un escarmiento, hacerle una pequeña herida, cerró la puerta de la habitación, y cuando se fue tenía miedo que su madre la hiciera buscar por la policía y la hiciera volver a casa, y ella no quería", ha detallado el letrado.
Josep Costa ha explicado que la relación entre la madre y la hija era mala desde que se separaron sus padres hace dos o tres años, a lo que se suman los problemas psicológicos de la joven. Madre e hija, según esta versión, tuvieron una discusión muy fuerte y la menor se levantó con dolores de cabeza y "obsesionada", por lo que fue a la habitación de la madre para darle un escarmiento.
"Entró y estaba todo oscuro, cogió el cuchillo y se lo clavó una sola vez y ni la vio, salió sin ver qué había en la habitación, abrió la luz del pasillo, vio un poco de sangre, cerró la puerta asustada y se fue", ha detallado el abogado. La menor, según su abogado, se marchó para evitar que su madre le reprochara haberla herido y se fue a la peluquería a teñirse el pelo de negro en señal de rebeldía, porque su madre siempre le decía que "estaba muy guapa siendo rubia" y quería demostrarle que era ella quien mandaba.
A continuación, se fue al instituto, donde asistió a la penúltima clase del día, explicó a sus compañeros que se había enfadado con su madre y, al ver que tenía las llaves del apartamento familiar, se marchó allí, según ha declarado, siempre para evitar la reprimenda de su madre. Cuando los Mossos d'Esquadra la detuvieron, la joven pensó que era su madre que los enviaba y cuando le dijeron que había muerto, "entonces se hundió", ha asegurado su abogado.
La chica, que cumple la mayoría de edad el 11 de junio, primero estará tres semanas en el Centro de Educativo de Justicia Can Llupià, en Barcelona, y luego ingresará en la Unidad Terapéutica de Justicia Juvenil Els Til·lers de Mollet del Vallès.
La defensa ha anunciado que pedirá una evaluación psicológica de la joven, que había estado internada y que tenía "un principio de esquizofrenia y de trastorno bipolar", por lo que se estaba medicando. "El padre no ha querido saber nada de ella", ha asegurado el abogado de oficio, por lo que en la reconstrucción del crimen tuvo que ser asistida por el Ministerio Fiscal, ya que al ser menor debía estar presente un tutor legal.
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