La hermana de la vecina de Girona que el pasado día 30 mató a su hija de 10 años dándole de beber un vaso de agua con ochenta pastillas antidepresivas trituradas y luego la ahogó en la bañera, había empezado los trámites para incapacitarla hacía aproximadamente un mes.
La parricida confesa, Maria Àngels, ha comparecido este jueves ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Girona, quien ha ordenado su ingreso en prisión, y ha confesado que la relación con su hermana "en algún momento no ha sido buena" y que era consciente de que "la quería incapacitar".
El fiscal Enrique Barata ha explicado que, a la espera de tener el expediente de incapacitación que se inició hace un mes, se desconoce "si se había pedido una incapacitación total, y por lo tanto también se incluía la custodia y el cuidado de la hija, o era solo una curatela para administrar los bienes –de una herencia recibida-".
La hermana y su familia eran quienes se hacían cargo de la pequeña cuando la madre era ingresada para recibir tratamiento psiquiátrico, mientras que el padre había alquilado un piso cerca de ellas desde el divorcio hacía un año, pero el día de los hechos estaba de viaje por temas de trabajo.
La parricida confesa, que había estado ingresada en varias ocasiones con tratamientos psiquiátricos desde que en 2013 intentó quitarse la vida, según fuentes judiciales, salió del último internamiento el pasado 24 de diciembre.
Tres días después, el 27, se presentó en urgencias con ideas suicidas, y el 30 mató a su hija. Dos semanas antes del asesinato, en una de sus redes sociales, la detenida hizo referencia al último caso que hubo en la provincia de Girona en que una madre mató a sus dos hijas y se suicidó y también a otro caso similar ocurrido años atrás.
Según la autopsia realizada a la menor de 10 años, se aprecian signos de ahogamiento, pero se está a la espera de los resultados toxicológicos de la sangre de la menor para confirmar la ingesta de benzodiacepinas y saber con exactitud su grado de toxicidad.
El fiscal Enrique Barata ha detallado que la acusada no ha querido dar explicaciones de por qué mató a la pequeña ante la juez, pero ha mostrado una "extrema frialdad emocional" y ha dicho que "ese día lo veía negro, que había desesperanza en ella y que esa sensación la llevó a hacerlo".
El fiscal ha pedido para la investigada prisión comunicada y sin fianza y la defensa la libertad o el internamiento en un centro psiquiátrico. Finalmente la juez en su auto ha decretado su internamiento provisional en el Centro Penitenciario Puig de les Basses de Figueres.
La médico-forense que examinó a la investigada el día de los hechos dictaminó que "no presenta alteraciones psico-patológicas agudas", por lo que no hace falta que ingrese en un psiquiátrico, como había pedido su abogado, David Muñoz, pero "sí debe permanecer en un entorno controlado".
La juez considera que los hechos protagonizados por Maria Àngels F. son constitutivos de un delito de asesinato, que comporta una pena de prisión de 20 a 25 años.
42 años de prisión
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