Más de un centenar de efectivos, incluidos 70 agentes de la UME, buscan con perros y drones cualquier pista de Marta Calvo en Manuel (Valencia), tras reanudar la búsqueda de la joven, que llevaba paralizada desde el sábado para buscar nuevas pistas y debido al barrizal del terreno como consecuencia de la lluvia.
Así, desde este lunes por la mañana, peinan palmo a palmo los campos de naranjos que rodean el municipio y rastrean zonas del pueblo y cercanas al río. También lo hacen los guías caninos de la Guardia Civil y los buzos en el río Albaida.
El objetivo es localizar su cuerpo o cualquier objeto que les lleve hasta ella, como su móvil, un elemento clave que podría aclarar qué pasó la noche en la que desapareció y de la que ahora se cumple un mes.
La reactivación de la búsqueda con un centenar de efectivos deja claro que los investigadores no terminan de creer la versión del sospechoso, Jorge Ignacio P.J., que confesó haberla descuartizado pero sostuvo que la joven murió de forma accidental. Asimismo, reconoció que introdujo su cadáver en bolsas y las repartió por distintos contenedores de la provincia.
Encontrar los restos de la joven sería clave en la investigación, pero la familia de Marta es vital. Para ellos, tras un mes de espera "empieza un proceso tortuoso que puede alargar mucho el inicio del propio duelo hasta el descubrimiento del cuerpo", según indicaba este lunes un portavoz de la familia.
El detenido continúa en la prisión de Picasent desde hace tres días. Se negó a declarar ante el juez, aconsejado por su abogado, por lo que no se descarta que en los próximos días se presente de nuevo ante el juez instructor que llevará su caso
Jorge Ignacio P.J., de 38 años, se entregó en el cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent, localidad cercana a Manuel, donde tenía una casa alquilada en la que había quedado a través de Internet con la joven, que mandó a su madre su ubicación por WhatsApp.
Desde dos días después, el 9 de noviembre, la chica figura como desaparecida. Las tareas de búsqueda, con participación de hasta 150 efectivos de distintos servicios de la Guardia Civil y de la Unidad Militar de Emergencias, se extendieron también a l'Olleria, donde el sospechoso vivió en otra casa de alquiler.
Implicado en un suceso anterior
El nombre de Jorge Ignacio P.J. aparece relacionado con un suceso anterior en el que falleció una mujer en una casa de citas de Valencia. Los hechos sucedieron el 25 de marzo, cuando se recibió un aviso en la Policía porque una mujer estaba sufriendo convulsiones y el cliente que había estado con ella había abandonado precipitadamente la vivienda.
Hasta el lugar se desplazaron Policía Nacional, Policía Local y efectivos sanitarios que trasladaron a la mujer al hospital donde quedó ingresada en coma inducido hasta que falleció el 3 de abril. Las compañeras de la fallecida habían facilitado las características físicas del hombre que estuvo con la víctima y que había sido su único cliente.
La Policía acabó teniendo conocimiento de que este hombre podía ser Jorge Ignacio P.J., sin embargo en el momento de conocer su identidad, se disponía ya del informe de la autopsia que revelaba que la fallecida murió como consecuencia de un ataque epiléptico con consumo de sustancias estupefacientes, por lo que el hombre no llegó a ser ni interrogado ni investigado, según fuentes policiales.
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