Las familias de los marineros desaparecidos en el naufragio del Villa de Pitanxo reclaman que se reanude su búsqueda, después de que Canadá diera por finalizadas las operaciones debido al mal tiempo.

"El homenaje es buscarlo, por favor", dice una emocionada María José, hija del marinero desaparecido Francisco de Pazo.

Muchos de los afectados reclaman que las armadoras reciban una remuneración económica para seguir buscando de manera exclusiva hasta el miércoles, cuando azotará un nuevo temporal la zona de Terranova (Canadá) donde se produjo el naufragio.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha insistido en que esa es la intención del Ejecutivo, que asegura que se sigue negociando con las autoridades canadienses y que se busca que este rescate de los desaparecidos se produzca en condiciones de seguridad para que no se produzca ninguna "desgracia".

"Las embarcaciones de salvamento son embarcaciones que se enfrentan al mismo tipo de mar y llega un momento en que el mar aconseja que no arriesgues la vida de los rescatadores", explica el socorrista y patrón de salvamento Salvador Perelló.

El rescate tiene otras complicaciones que limitan mucho su actuación: las 250 millas entre la costa y el lugar del naufragio, la interacción de corrientes en la zona y que, después de seis días, encontrar cuerpos a la deriva sería prácticamente anecdótico.

En el caso de que estuvieran en el interior del Villa de Pitanxo, sería viable llegar a ellos con un robot con sónar. Pero esto depende de que la meteorología acompañe y también de disponer de 90.000 euros diarios de coste. Algo que no asegura la recuperación de los cadáveres.