2013 iba a ser el año en el que este proyecto faraónico vería la luz. 55.000 metros cuadrados en los que se ubicaría el edificio más alto de Castellón y que pondría a la ciudad a la vanguardia.

Pero el proyecto se ha quedado en eso, un mero proyecto. No hay dinero para poner la primera piedra del que sería el centro de convenciones de Castellón. Pero sí lo hubo para pagar a su arquitecto.

"Ese dinero es de los valencianos, tenía que haber servido a interés general y si ha servido a interés particular. Primero, es una deuda ilegítima que no tenemos porqué pagar, y segundo, queremos recuperarla", opina Mónica Oltra, diputada valenciana.

La oposición pide que se devuelvan los casi 3 millones de euros que Santiago Calatrava cobró por su diseño. Exigen que se depuren responsabilidades y denuncian que han tenido que pasar 8 meses para que el Consell de Castellón admitiera preguntas de la oposición que el proyecto finalmente se paraliza.

Marina Albiol, de Esquerra Unida, declara que "El PP ha convertido a Castellón en el "hazmereir" no solo del estado español sino de media Europa".

En Mayo de 2008 se presentaron las maquetas como todo un acontecimiento social, pero no es  nada nuevo para los valencianos, acostumbrados a ver cómo se pregonan a bombo y platillo los proyectos de su arquitecto estrella.

Pero la combinación Comunidad Valenciana y Calatrava ha traido más fracasos que éxitos. Sólo el diseño de esta maqueta ha costado a las arcas públicas 15 millones de euros.