La familia de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) fallecida el pasado día 14 de diciembre de 2013 murió después de inhalar fosfina, un derivado de un plaguicida "muy tóxico" denominado fosfuro de aluminio, procedente de unos tapones de envases que la familia almacenaba en un cuarto de baño de la vivienda. Las fuentes consultadas han apuntado que, según este informe definitivo, la familia falleció "de manera accidental" tras inhalar fosfina procedente de tapones de envases que almacenaban en la bañera del domicilio.
Según las fuentes, la familia guardaba en el baño "sacas con gran cantidad de tapones" de envases, algunos de ellos de fosfuro de aluminio, señalando que "en la base del saco se habían acumulado los tapones con restos" del plaguicida mencionado. El profesor de Toxicología de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, Guillermo Repetto, ya dijo que la sustancia referida es "mortal" y señaló que, en contacto con la humedad, desprende una sustancia tóxica llamada fosfina.
Según Repetto, esta sustancia es un gas que provoca la muerte de la persona por inhalación "a las pocas horas" de estar expuesta al mismo.
En cuanto a la sintomatología, afirmó que puede confundirse con un problema alimentario, ya que provoca "vómitos y diarreas". Asimismo, añadió que, pasado un tiempo, a estos síntomas se le suman otros como "alteraciones sensoriales" basadas en la pérdida de visión y audición, concluyendo en una parada cardiorrespiratoria.