El primer informe sobre los restos en la hoguera de Las Quemadillas era contundente, "los restos estudiados son todos de naturaleza animal, de edad subadulta y de distintos tamaños (roedores, pequeños carnívoros, pequeños hervívoros y omnívoros)", expresaba. Josefina Lamas, la perito encargada de realizarlo, se equivocó. 

Este miércoles testificará en el juicio contra José Bretón y, con toda seguridad, le preguntarán por su error, un fallo que retrasó diez meses la investigación. Probablemente la defensa de Bretón se intentará agarrar a este argumento.

Sin embargo, tras el error de Josefina Lamas, estuvo el acierto de Francisco Etxeberria. El experto afirmó lo siguiente: "llama nuestra atención la semejanza que tienen algunos huesos y dientes a los humanos y, más concretamente, a dientes infantiles humanos". 

A simple vista, ya señala que se trata de huesos de niños, algo que termina de concretar con el análisis de los dientes encontrados en la hoguera de la finca. Determina que son "dientes molares humanos infantiles de unos cinco años, con 16 meses de oscilación". "Todos los huesos que pueden ser identificados lo son por su pertenencia al género humano. Ninguna de las formas anatómicas de la muestra ósea recuerda a fauna, sea esta salvaje o doméstica". 

Un informe posterior del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana incluso llegó a concretar, gracias a uno de los dientes, la edad a la que murió uno de los pequeños: seis años y ochenta días (6,22 años) con un error de 43 días.