Una confesión evangélica ha apartado de sus actividades en centros penitenciarios al voluntario que el pasado 13 de agosto practicó un exorcismo a una presa de Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), para, según su versión, expulsarle el demonio.

Así lo han anunciado a Efe fuentes judiciales, que han detallado que el hombre disponía de un pase provisional para el mes agosto como voluntario en la cárcel, aunque desde que practicó el supuesto exorcismo ya no le han dejado entrar a la prisión y además la iglesia de la que forma parte ha decidido no renovarle la acreditación.

Sin embargo, el incidente no ha afectado a la confesión evangélica a la que pertenece el voluntario, ya que ésta sigue colaborando con los servicios penitenciarios, como muchas otras organizaciones religiosas que llevan a cabo labores pastorales y sociales en cárceles, según las fuentes.

Además, representantes del culto evangélico del que forma parte el supuesto exorcista y responsables de la subdirección general de Programas de Rehabilitación y Sanidad del departamento de Justicia de la Generalitat se reunieron tras este incidente para abordar en un tono "cordial" lo ocurrido, según las fuentes. Los responsables de la subdirección expresaron ante la confesión religiosa su visión de lo que había ocurrido, que estos compartieron, según las fuentes, y se llegó a la conclusión de que todo se había tratado de un "error".

Un ritual para que el diablo saliera del cuerpo de la presa

Los hechos sucedieron el pasado 13 de agosto, cuando la prisión de Brians 1 expulsó a un voluntario de culto evangélico al que sorprendieron practicando un exorcismo a una reclusa, en mitad del pasillo de la unidad de mujeres. La escena cogió por sorpresa tanto a reclusas como a personal del centro penitenciario, puesto que el voluntario religioso escenificó de forma teatral y exagerada, y delante de otras internas, un ritual donde instaba al diablo a abandonar el cuerpo de la presa.

El hecho, que fue presenciado por una auxiliar de enfermería de la cárcel y que dio traslado al responsable de incidencias, provocó que la cárcel de Brians 1 decidiera suspender al voluntario de sus funciones hasta que se aclararan los hechos. La gerencia de Brians 1 le acusó entonces de incumplir la normativa, puesto que el religioso en ningún momento manifestó su voluntad de practicar un exorcismo y, según la circular 4/2021, las personas externas deben informar de manera habitual del desarrollo de su actividad en la cárcel.

Voluntariado en la prisión

En Cataluña, más de 500 personas llevan a cabo varios tipos de labores de voluntariado en las cárceles, según datos del departamento de Justicia, donde se incluyen también los circunscritos a entidades religiosas. Para que una persona desarrolle un voluntariado en una cárcel, esta tiene que formar parte de una entidad pública o privada que tenga como objetivo trabajar para los otros en la mejora de la calidad de vida y que constituya una organización autónoma sin ánimo de lucro, según el departamento de Justicia.

Las personas que ejercen estas labores deben llevar a cabo el curso "intervención en centros penitenciarios desde el voluntariado", con una duración de 20 horas y que se distribuye en tres módulos. La formación es obligatoria para cualquier voluntario penitenciario, y se desarrolla dentro del marco de los programas de intervención aprobados por la Dirección General de Servicios Penitenciarios. Los voluntariados que pueden llevarse a cabo en las cárceles catalanas son de varios tipos, como pueden ser asistencia jurídica, animación sociocultural, acompañamiento a la comunidad, promoción de la salud o formación, entre otros. Las entidades que quieran prestar voluntariado en las cárceles deben presentar un programa de intervención general, que será validado por Servicios Penitenciarios, y que debe recoger aspectos como la descripción de la entidad, sus objetivos o el número de voluntarios, entre otras cuestiones.