Actualmente, los
ciudadanos españoles viven 82,9 años de promedio, una cantidad que coloca a
España en la cuarta posición de la clasificación mundial sobre esperanza de
vida, que está compuesta por 195 naciones. Japón (1), Suiza (2) y Singapur (3)
son los tres países que superan ahora a España en esa tabla, que contempla la
situación de la sanidad a nivel nacional y las tasas de mortalidad, entre
otros.
Sin embargo, las
proyecciones del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud de la
Universidad de Washington para 2040 apuntan que España superará en la
clasificación a estas tres naciones y encabezará la tabla "si continúan
las tendencias de salud recientes".
Además, en el mejor
escenario posible planteado en el informe, la esperanza de vida en España
podría subir hasta en 4,5 años, es decir, hasta los 87,4 años de edad. En 2016,
las diez principales causas de muerte prematura en España fueron, por orden, la
cardiopatía isquémica, el Alzheimer, el cáncer de pulmón, el accidente
cerebrovascular, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el cáncer
de colon y recto, el cáncer de mama, el suicidio, otras enfermedades
cardiovasculares e infecciones respiratorias inferiores.
En 2040, sin embargo, se
espera que los motivos fundamentales de la muerte prematura en España sean el
Alzheimer, la cardiopatía isquémica, el cáncer de pulmón, la EPOC, el cáncer de
colon y recto, el accidente cerebrovascular, la enfermedad renal crónica, otras
enfermedades cardiovasculares, el cáncer de páncreas y la diabetes.
Estados Unidos, por su
parte, que se encuentra en la posición número 43 a nivel mundial, con una
esperanza de vida de 78,7 años, bajará hasta la posición 64 en este ránking, de
acuerdo con los cálculos de los expertos. Por otro lado, el equipo liderado por
el profesor Kyle Foreman proyectó un aumento significativo a nivel global en
las muertes por enfermedades no transmisibles (ENT), que incluyen diabetes,
males renales crónicos y cáncer de pulmón, así como el empeoramiento de los
resultados sanitarios vinculados a la obesidad.
En sus conclusiones, los
autores subrayaron que existe "un gran potencial" para influir en la
salud a través de la lucha contra la presión arterial alta, la obesidad, el
tabaco, el alcohol y la contaminación del aire, entre otros. Asimismo,
recomendaron a los Gobiernos nacionales abordar "factores de riesgo
clave", como son los niveles de educación y el ingreso per cápita, para
mejorar la esperanza de vida de sus países.