Puede que muchos vean al demonio en la huelga feminista del 8 de marzo. Entre ellos, José Ignacio Munilla, el arzobispo de San Sebastián. "El feminismo radical tiene como víctima a la propia mujer. Es curioso cómo el demonio puede meter un gol desde las propias filas", afirmó Munilla en declaraciones a Radio María. Sin embargo, horas después de sus polémicas palabras ha rectificado, aunque sólo un poco.
"Creo que el feminismo radical juega una lucha de sexos que supone el aborto libre", ha afirmado el obispo de San Sebastián. Pero no todos en la jerarquía de la iglesia están en contra de la huelga feminista. El primero, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que ha afirmado, sobre la huelga de las mujeres el 8 de marzo: "Lo comprendo, claro. Hay que defender sus derechos. Lo haría también la santísima virgen María".
La diócesis de Palencia llama incluso a unirse: "Hacemos nuestros los sufrimientos y la indignación, injusticias de las que son víctimas las mujeres". Además, el obispo de Tarazona, Eusebio Hernández, anima a todos a protestar: "Es especialmente lamentable la diferencia que hay entre hombre y mujer. Esto no es justo". En este sentido se mueve también José María Gil Tamayo, secretario general de la Conferencia Episcopal Española: "Nuestro apoyo total a la reivindicación de la igualdad de la mujer. Esto es innegable".
¿Se ha vuelto de repente feminista la jerarquía católica? "Lamentablemente, la mayoría todavía sigue pensando que esto de la igualdad es una cuestión de ideología de género, de feminismos radicales", critica Jesús Bastante, periodista de Religión Digital. También denuncia esta postura Mercedes navarro, religiosa, teóloga y feminista: "Esta huelga también la hacemos en la iglesia. Es muy pertinaz en el machismo y en el patriarcado". Oficialmente, la iglesia no se ha posicionado sobre la huelga del 8 de marzo.