El teléfono de Emergencias de la Generalitat Valenciana ha recibido esta madrugada 38 llamadas de ciudadanos relacionadas con los 24 seísmos registrados en las últimas horas en zonas próximas al almacén subterráneo de gas natural Castor, uno de ellos de 4,1 grados en la escala de Richter y que se ha notado en localidades de las provincias de Castellón, Tarragona y Barcelona.
En la provincia de Castellón las poblaciones que han sentido los seísmos han sido Benicarló, Cálig, Peñíscola, Castellón y Vinaròs, localidad en la que está situada en el mar la plataforma de Castor. Algunos ciudadanos de estas localidades han llamado al teléfono de Emergencias de la Generalitat Valenciana para alertar de la situación.
En Cataluña también se han sentido los seísmos, según el Instituto Geográfico Nacional, en los municipios de Ulldecona, Alcanar, Amposta, Deltebre, La Jana, Sant Carles de la Rápita, Tarragona, Tortosa, Barcelona, Reus, Vilafranca del Penedés, Vilanova i la Geltrú y Vila-seca de Solcina. El resto de seísmos registrados durante la madrugada han tenido una magnitud de entre 1,5 y 2,9 grados en la escala Richter, según el Instituto Geográfico Nacional.
El movimiento de tierra más intenso desde que comenzaron a registrarse estos terremotos relacionados supuestamente con el proyecto Castor, se produjo en la madrugada del martes, con una intensidad de 4,2 grados, y llevó a activar el plan de riesgo sísmico de la Generalitat Valenciana. El proyecto Castor, con una inversión de 1.200 millones de euros, trata de aprovechar un antiguo pozo petrolífero a 1.750 metros de profundidad bajo el nivel del mar para suministrar hasta un tercio de la demanda de gas del sistema durante 50 días, pero, al parecer, la inyección de gas ha provocado desde el pasado 13 de septiembre unos trescientos seísmos, la mayoría de baja intensidad.
El Ministerio de Industria ordenó el pasado 26 de septiembre el cese temporal de la actividad de extracción de gas en la planta para investigar las causas del aumento de la actividad sísmica en la zona. Expertos geólogos han afirmado que los numerosos seísmos registrados en las costas de Castellón y Tarragona se deben a la "sismicidad inducida" por el proyecto Castor, provocada por la inyección de gas en la roca, aunque no hay consenso acerca de sus riesgos y evolución.