El implante coclear, y con ello la recuperación de la audición por los afectados, tiene un precio en nuestro país de 10.000 euros. El aparato y el mantenimiento así como las revisiones anuales corre a cargo del paciente, mientras que el Estado únicamente financia la intervención quirúrgica. En España solo tres empresas controlan el mercado por lo que los precios se disparan constantemente.

Uno de los afectados es Fran, un niño que padece sordera, y quien tras afrontar los gastos del implante, no puede oir desde hace un mes por no poder permitirse la reparación de 1.400 euros que le reclama la compañía.

La madre del niño, María Navarrete, asegura que no puede costearse la reparación, y crítica el tener que pedir un préstamo pues "no es ningún placer o un antojo".

Además, los afectados denuncian el hecho de que una vez que se elige una de estas empresas, el cambio es completamente inviable pues los sistemas son incompatibles entre sí.

Se han presentado 63.000 firmas en el Ministerio de Sanidad para exigir al Estado que regule este sector, ya que el elevado coste del implante reduce el número de los beneficiarios debido al monopolio de las empresas encargadas de los implantes.

Uno de los afectados, Marcos Lechet, asegura "la diferencia entre oir y no oir tiene precio" y crítica que se la cura se resuelva en función del poder adquisitivo.

"Te han casado con una empresa y si no surge el amor puede haber violencia de marca",  declara Joan Zamora,  desde la federación de implantaciones cocleares.

Ya son 9.000 personas las beneficiarias de esta técnica, pero podrían ser muchísimas más si el coste fuera más reducido. Una técnica que lleva 25 años devolviendo la audición y las sonrisas a los portadores.