Los meses de julio y agosto han dejado 220 muertos en las carreteras españolas, 40 menos que las vacaciones del año pasado, lo que representa la mejor cifra de la historia junto con la registrada en 2014.

Estos son los datos principales del balance de siniestralidad vial de la temporada de verano (julio y agosto) que ha presentado el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, acompañado del director general de Tráfico, Pere Navarro, el fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, y la subsecretaria de Interior, Isabel Goicoechea.

La cifra de fallecidos ha descendido en un 15% con respecto al año pasado, igualándose con 220 víctimas mortales a la del verano de 2014. No obstante, resulta destacable que se trata de la misma cifra pero con 12 millones de desplazamientos más, ya que se dieron 78,9 millones de viajes en 2014 y 91,1 millones este año.

El descenso de fallecidos ha sido significativo, sobre todo, en agosto, con 101 víctimas mortales, 30 menos que en el mimo mes de 2018. De hecho, el de ese mes ha sido el de menor número de fallecidos en la serie histórica y, además, en dos días no se registraron muertes: el 1 y el 12 de agosto.

El ministro también ha resaltado que ha descendido en un 23% el número de víctimas mortales en carreteras convencionales, con 145 fallecidos, la cifra más baja de la historia en este tipo de vías. En ellas se ha reducido el límite máximo de velocidad de 100 km/h a 90 km/h.

Por el contrario, ha aumentado el porcentaje de usuarios vulnerables (motoristas, peatones y ciclistas) muertos al ascender en un 40% el total de muertes. En relación a los motoristas, Grande-Marlaska ha pedido no criminalizar a estos conductores.

Ya que, del análisis de los accidentes de estos dos meses, se deduce que, cuando el motorista fallece por colisión con otro vehículo, la culpa es del conductor del coche por cometer alguna infracción como no respetar un ceda el paso o impactar por detrás con las dos ruedas.

El ministro ha aprovechado, también, para incidir dos temas: el uso de los sistemas de seguridad y el consumo de alcohol y drogas. Respecto al primero, ha alertado de que 23 de los 110 fallecidos que viajaban en coche y furgoneta no llevaban puesto el cinturón; dos de los cinco menores de 12 años muertos tampoco utilizaban sillita; y ocho de los once ciclistas no llevaban casco.

"Me cuesta mucho creer que no se tome como algo instintivo ponerse el cinturón", ha subrayado Marlaska, muy preocupado también por el consumo de alcohol y drogas al volante entre los fallecidos: "No se trata de una copa de más, todas las copas están de más".