Ernesto tiene 62 años y nueve de ellos los ha vivido en la calle. Por eso, volver a tener una vivienda le ha devuelto las riendas de su vida.
Ernesto participa en el programa 'Housing First' en Valencia, y asegura que desde el momento en el que entró en el proyecto se juró a sí mismo no volver a beber. Es uno de los pocos que forma parte del programa 'la vivienda primero' de la 'Fundación Hogar Sí'.
Como él, los que participan en este programa adquieren una serie de compromisos, como aceptar visitas semanales y contribuir con un 30% de su sueldo si lo tienen, pero este no es el modelo común que aborda el sinhogarismo en España.
José Manuel Caballol, director general de la 'Fundación Hogar Sí' asegura que en España "hay un modelo antiguo, institucionalizado", por eso, apunta, "es difícil que una red así funcione".
Una persona que vive en la calle suele tener acceso a un albergue, y de allí a un alojamiento temporal. El último peldaño es la vivienda estable en el mejor de los casos, porque muchos se quedan en el camino.
El sistema 'Housing First', 'la vivienda primero', elimina todos estos pasos. José Manuel Caballol asegura que se trata de "ofrecer a las personas una vivienda digna y no un alojamiento pensado para la emergencia".
La Europa del sinhogarismo está teñida de rojo, la única que ha aplicado la fórmula que funciona para luchar contra él es Finlandia, que apuesta por la inversión en viviendas estables para los sinhogar, y no en albergues. Así, Finlandia ha conseguido reducir el número de personas sin hogar en un 35% en tan solo siete años.
El objetivo es que para 2030, en dos legislaturas, esta situación, por la que pasan 31.000 personas en España, esté resuelta. El 7 de diciembre se celebra la noche sin hogar para concienciar sobre ello. En 'lanochesinhogar.org' está toda la información sobre cómo participar.
Otro gasto más
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