El pasado verano se encontraron casi 9.100 colchones en las calles del municipio alicantino y el Seprona abrió una investigación por ello. Ahora el juez trata de determinar si hubo irregularidades por parte de la empresa encargada de gestionar estos residuos.

Durante los pasados meses de julio, agosto y septiembre se retiraron casi 9.100 colchones en la localidad alicantina, lo que supuso un auténtico "misterio" para las autoridades locales. El servicio de limpieza municipal recogió una media de unos cien diarios.

La concejal de Aseo Urbano, Carmen Gómez Candel, ya manifestó que es algo que no tiene sentido porque cuando un particular adquiere uno de estos artículos en una tienda, "el comercio que le suministra el nuevo retira el viejo, y está obligado a llevarlo a un vertedero autorizado".

Los cerca de 9.100 colchones abandonados generalmente cerca de contenedores urbanos provocaron un gasto de 163.458 euros al consistorio, que procedió a su retirada para su traslado al vertedero correspondiente.

Además, el ayuntamiento constató, tras preguntar a varios establecimientos de muebles de la ciudad, que "no hubo un aumento significativo de las ventas de colchones respecto a otros años", lo que añade misterio al asunto.