Desde que Sonia dejó a su exnovio, en marzo, comenzó el acoso. "Me empezó a escribir mucho y le tuve que bloquear el WhatsApp, las llamadas y los SMS", explica a laSexta. Llegó a recibir mensajes de hasta 30 perfiles falsos. Como este: "Que me intente hacer pasar por otra persona... No lo hago por gusto. Lo hago para no tener que estar todos los dias pensando en ti".
En ese mensaje su expareja reconoce haberse creado varias cuentas desde donde mandaba cientos de mensajes obsesivos. Sonia decidió denunciarle. Sin embargo, el día del juicio, esta fue, según ella, la respuesta de la jueza: "Me dijo que siguiera bloqueándole si no quería que me acosara". Pidió una prohibición de comunicación, pero fue denegada.
"En este caso, si no llevas un parte de lesiones probando que ha sido él no tienes nada que hacer", lamenta Sonia. Denuncia el escaso respaldo de la Justicia: "Estuve con ansiedad, tomaba pastillas, y parece que da igual, que el ataque psicológico no cuenta".
Las asociones reclaman que la Justicia deberia ser más preventiva. "Poner medidas preventivas más que medidas de salvación en el último momento", demanda Yaiza Muñoz, portavoz de la Fundación Ana Bella. La mayoría de casos de violencia machista comienzan con un comportamiento obsesivo.
"Le habían lavado el cerebro"
De California a Manresa para rescatar a su hermana de una secta: "El cura me agarró y me tiró al suelo"
El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.