Sereno, pero sin poder contener la emoción en algunos momentos, el abuelo de Lucía, la niña que murió en las vías del tren de Pizarra insiste en que "el que quiere que venga y haga el camino y que saque conclusiones por sí mismos".

La familia no cree que la pequeña hiciera sola y a oscuras el trayecto de más de cuatro kilómetros que separan el punto donde se perdió su rastro y el lugar donde encontraron su cadáver. "Con un 8% de visibilidad y dejando las voces de sus padres y la luz a la espalda. Para nosotros esa hipótesis es muy difícil sostenerla", señala la abogada de la familia, Ana Belén Ordóñez.

Por eso, dicen, solicitarán una reconstrucción en la que quieren que participe una niña de su peso y altura. Además, han vuelto a criticar que los trenes circularan esa mañana y han puesto en duda la eficiencia de la búsqueda policial preguntando: "Por qué los perros no fueron para arriba, sólo daban vueltas por la estación", critica su abuelo.

Aseguran que en torno a la muerte de Lucía sigue habiendo muchas incógnitas, como la aparición del chupete en dirección opuesta a la que tomó la niña. Por todo ello, la juez ha pedido nuevas grabaciones de las cámaras de seguridad cercanas a la zona.