Dar una vuelta en la cama. Otra. Y otra. Y no poder conciliar el sueño. Mientras algunos españoles duermen "a pierna suelta", otros consiguen descansar, con suerte, dos o tres horas cada noche. Más de un 10% de la población en España padece algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave y más de doce millones de personas se levantan con la sensación de no haber tenido un sueño reparador.

¿Es más importante la cantidad o la calidad del sueño?

La cantidad de horas que dormimos es fundamental, pero varía mucho según nuestra edad. En nuestro primer año de vida necesitamos muchas horas de sueño para que nuestro cerebro funcione correctamente. Pero en la vida adulta, hasta los 65 años aproximadamente, necesitamos dormir entre 7 y 9 horas para no tener problemas de salud al día siguiente. Imprescindible también es que nuestras horas de descanso tengan calidad. Para ello, señala Ana Teijeira, médica especialista en sueño, es importante que sea un sueño profundo, con "pocos" despertares y en un horario "óptimo".

Tan importante es, de hecho, que dormir mal de manera habitual puede aumentar el riesgo de mortalidad hasta en un 20%, recuerda. Por eso hay que grabarse a fuego que el sueño es esencial para la salud. Además, tener trastornos del sueño crónicos o graves aumenta el riesgo de tener enfermedades como diabetes, obesidad, ictus, infartos y también algunos tipos de cáncer.

No hay que olvidar, por otra parte, las consecuencias que puede tener en nuestra salud mental. Uno de cada dos pacientes con trastorno del sueño crónico acaban desarrollando algún síntoma de trastorno mental, afirma Carlos Roncero, jefe de psiquiatría del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, incluso puede derivar en adicciones, tanto de "fármacos" como de "sustancias depresoras del sistema central", como el alcohol o el cannabis.

Los expertos y expertas recuerdan: el mejor sistema de medición somos nosotros mismos. Si al día siguiente no nos notamos cansados, es que hemos dormido bien.