Drama inmobiliario
Pocos pisos, en mal estado y a precios desorbitados: el drama del alquiler golpea a los estudiantes en Santiago
El contexto Santiago de Compostela es una de las ciudades en las que más se han disparado los precios en los últimos años, y quienes más lo sufren son los estudiantes, que cada vez tienen más dificultades para vivir en una de las ciudades universitarias más importantes de España.

Resumen IA supervisado
El problema del acceso a la vivienda ya no se limita a las grandes ciudades, afectando ahora a otras capitales españolas como Santiago de Compostela. En esta ciudad universitaria, los precios del alquiler se han disparado, afectando principalmente a los estudiantes, quienes enfrentan serias dificultades para encontrar alojamiento. La oferta ha disminuido drásticamente, lo que ha llevado a muchos universitarios a hacer largas colas frente a las inmobiliarias, incluso desde la madrugada. Las visitas a los pisos son apresuradas y las decisiones deben tomarse en minutos. Además, muchos de los pisos disponibles están en malas condiciones, pero la escasez obliga a los estudiantes a aceptarlos.
* Resumen supervisado por periodistas.
La vivienda ya no solo es inaccesible en las grandes ciudades. El drama del alquiler se traslada a otras capitales en el que el mercado inmobiliario no había sido un problema histórico. Santiago de Compostela es una de las ciudades en las que más se han disparado los precios en los últimos años, y quienes más lo sufren son los estudiantes, que cada vez tienen más dificultades para vivir en una de las ciudades universitarias más importantes de España.
En la capital gallega se ha vivido una gran disminución de la oferta a la par que la subida de los precios. Ante esta situación, centenares de universitarios están desesperados para hacerse con un piso pese a que faltan tres meses para el inicio de las clases.
Las colas en las puertas de las inmobiliarias son una imagen frecuente estos días en la capital gallega. Muchos han optado por hacer noche frente a los locales de las agencias. "Decidimos madrugar un poco más que el resto para asegurarnos poder ver un piso", relata uno de los estudiantes. En su caso, lleva esperando desde las cuatro de la mañana.
En el momento en el que suben las persianas, todo son prisas. Empiezan las visitas y, como si de una contrarreloj se tratase, los estudiantes ni siquiera tienen tiempo para pensar. Los requisitos de las inmobiliarias son claros: "Te enseñamos el piso y tienes que dar una respuesta en el momento, como mucho te damos media hora de margen". La enorme demanda hace que las inmobiliarias sepan que, si no se lo quedan, vendrán más universitarios.
Pero el precio y la escasez de vivienda no es el único problema. Buena parte de los pisos están en un estado poco óptimo para vivir. "No tienen condiciones de habitabilidad", asegura una chica en plena visita. Otra estudiante relata que ya sufrió este problema en años anteriores: "Se cayó la ventana, se nos rompió el calefactor, no teníamos calefacción en todo el invierno".
Sin embargo, muchos se ven forzados a aceptar una vivienda en ese estado porque saben que puede ser su única oportunidad para encontrar dónde vivir este curso.