El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil ha detenido a los dos presuntos autores de la muerte de un oso pardo. Posteriormente, el Juzgado de Cangas de Narcea, encargado del caso, ha decretado su libertad con cargos.
La Guardia Civil imputa a los arrestados, de 50 y 30 años, por un delito contra la flora y la fauna por la colocación del lazo de acero, un método ilegal de caza no selectiva, y otro delito por matar al oso, una especie protegida por estar en peligro de extinción.
Las investigaciones comenzaron en agosto del pasado año, cuando se localizó un oso pardo atrapado por un lazo de acero en el paraje asturiano conocido como "Las Frezalinas".
Durante la inspección que se realizó en la zona para recoger muestras con el fín de esclarecer los hechos y localizar a los responsables, los agentes encontraron a unos doscientos metros de la ubicación del oso, un saco con restos de un jabalí.
En el lazo se encontrarón muestras de pelo que fueron enviadas al laboratorio del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, el cual determinó que el lazo empleado para la caza del jabalí fue el reutilizado para los mismo fines quedando atrapado en esta ocasión el oso.
Pero la pista definitiva fue una etiqueta que estaba en el saco donde se encontró el jabalí. En ella estaba escrito el nombre de una empresa ubicada en Gijón, distribuidora de envoltorios de este tipo, y los agentes averiguaron que uno de los implicados trabajaba para la compañia.
De igual modo la Guardia Civil comprobó que el otro implicado era el propietario de una finca que se encontraba en las lindes donde se localizó el lazo de acero con el que se atrapó al oso y el saco con el jabalí.
El propietario de la finca fue quién dió el aviso del hallazgo del oso a las autoridades, ocultando desde el principio datos relevantes para la investigación, como la hora en la que lo había encontrado, que pudo ser determinante para proceder a su liberación con éxito y así salvar su vida.
El estrés padecido por el oso mientras se encontraba atrapado y durante las labores de rescate, pudo agravar la enfermedad que padecía el animal, lo que le causó la muerte.