"Las diez mujeres dicen que estaban con un grupo más grande en un bosque recogiendo agua y lavando la ropa, cuando varios hombres de un grupo local armado las secuestraron", señala la ONG en un comunicado.
Algunas mujeres consiguieron escapar, pero los hombres armados llevaron al resto a su sede y las violaron reiteradamente a lo largo del día antes de liberarlas. Las mujeres llegaron al hospital de Bossangoa el pasado 3 de marzo, donde recibieron la atención médica de la ONG internacional, y explicaron los hechos, ocurridos el 17 de febrero.
"Este ataque representa otro ejemplo de cómo la violencia sexual hacia las mujeres es parte generalizada de la extrema violencia infligida a la población", denuncia MSF, que atiende una media de 300 mujeres por violaciones al mes en este país.
Las mujeres se encuentran en estado de shock y siguen requiriendo atención médica urgente, según el jefe de la misión de MSF en el país, Paul Brockmann, quien aseguró que "esta es una de las consecuencias de la nueva oleada de violencia indiscriminada que empezó a finales de 2016 y aún continúa".
En el hospital de Bossangoa, MSF ha atendido a 56 mujeres que han sufrido violencia sexual y violaciones desde el pasado septiembre hasta la fecha. Unas cifras que han aumentado exponencialmente de las 13 que hubo de enero a agosto de 2017.
Además, en el hospital de la capital, Bangui, la ONG atiende en 2018 a una media de 300 mujeres supervivientes de una violación al mes. "Lo más preocupante del número de casos de violencia sexual que hemos registrado es que el número real es probable que sea mucho mayor", alertó Brockmann.
La República Centroafricana vive un complicado proceso de transición desde que en 2013 los rebeldes Séléka derrocaran al presidente François Bozizé, lo que desató una ola de violencia sectaria entre musulmanes y cristianos que ha causado miles de muertos.