La Policía Nacional ha desarticulado en Sevilla un grupo criminal organizado dedicado al tráfico de drogas y a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, y que se ha saldado con la detención de quince personas, supuestamente responsables de regentar dos clubes de alterne en la capital.
Según ha informado la Policía en un comunicado, los responsables de esta organización imponían condiciones de semiesclavitud a las mujeres que explotaban sexualmente y habían establecido una red de distribución de sustancias estupefacientes, principalmente cocaína, en el interior de los locales.
Los agentes determinaron que un joven español, con domicilio en la localidad sevillana de San José, se encargaba de suministrar la droga en grandes cantidades, mientras que el responsable de uno de los prostíbulos, de nacionalidad búlgara, recibía la droga que luego repartía entre las prostitutas, a las que obligaba a que lo ofertaran a sus clientes como parte de los servicios del club.
Por ello, la policía diseñó una investigación, a la que denominaron "Operación Marilyn", que le permitiera trabajar las dos vertientes de los ilícitos cometidos por la organización, una relacionada con los delitos relativos a la prostitución y la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y otra específica para eliminar la trama de narcotráfico llegando hasta el último de los proveedores de la sustancia ilegal.
Las dos líneas de investigación convergieron en una serie de dispositivos policiales, vigilancia y seguimientos, que permitieron la identificación plena de todos los integrantes de la organización criminal, y de qué papel ejercía cada uno en la trama y qué funciones específicas desarrollaban para la organización. La investigación ha terminado con la detención de los quince miembros de la organización, de manera simultánea, para evitar la fuga de cualquiera de ellos, y el registro de dos prostíbulos en la capital andaluza y un domicilio en San José.
Los agentes se han incautado de cincuenta gramos de cocaína, doce barras de hachís dispuestas para su venta al consumidor final, más de 4.000 euros en efectivo, dos armas detonadoras, pistola y revólver, seis armas blancas consideradas prohibidas y cinco vehículos entre automóviles y motocicletas. También han detectado a 34 mujeres en posible situación de explotación sexual como víctimas de trata de seres humanos, a las que dieron asistencia según el protocolo policial vigente.