Un peligroso agresor
machista se encuentra en paradero desconocido y está condenado a ocho años por
maltratar brutalmente a una mujer durante diez años. "Me daba golpes,
palizas, y mordiscos, arrastrándome por toda la casa", cuenta la víctima.
Dice que siempre se ha
sentido desprotegida, aunque ahora está más asustada. "Hay una desprotección
total hasta el final porque incluso este señor se hubiera podido largar al día
siguiente", señala Virginia Urtaran, abogada de la víctima.
Ella explica que el sistema de protección de su clienta sigue
siendo el mismo, un busca por si se lo encuentra: "Los sistemas de control
deberían ser hacia el agresor condenado y no hacia la víctima y es la que tiene
que estar en constante vigilancia".
A esta víctima solo le
queda confiar en que la Policía se rápida localizando a su agresor y que acabe
su pesadilla.