Raúl Conejero llegaba con capucha y tapando su rostro a los juzgados y dentro, ya sí a cara descubierta, ha reconocido la estafa. Aunque hace tres años lo negaba todo: "Yo no tengo nada que ver con eso. En Alemania tienen que darle las explicaciones".

Raúl trabajaba como comercial de una empresa dedicada a extraer y conservar células madre del cordón umbilical pero le despidieron y montó su propia empresa sin comunicárselo a los médicos. "Por temor a perder la confianza que habían depositado en mí", ha declarado en el juicio.

Creó una empresa ficticia y pedía a las familias hasta 2.000 euros por extraer y conservar las células madres del cordón umbilical después del parto. Les hacía creer que eran enviadas a una empresa alemana, pero eso nunca ocurrió.

"Nosotros confiamos en que teníamos una muestra allí que en cualquier momento podíamos necesitar para la chiquilla y ahora ese material ha desaparecido", explicó Marina Costa, afectada por la estafa.

El protocolo era elaborado y no les extrañó: la documentación, falsa, parecía de lo más normal. Así estafó a casi 400 familias en ocho provincias, hasta que una sospechó y comprobó si el certificado era auténtico. La detención se produjo en Febrero de 2012 y este lunes todas las partes han aceptado cuatro años de prisión.