Rosa Peral, agente de la Guardia Urbana imputada por la muerte de su marido en 2017, ha sido trasladada otra vez de prisión tras una pelea con una reclusa.

La Dirección General de Servicios Penitenciarios y Rehabilitación de la Generalitat ha decidido llevarla al centro penitenciario Wad-Ras ya que "por motivos de seguridad, es necesario este cambio", según avanza 'El Taquígrafo'.

El incidente que ha desatado esta decisión tuvo lugar el pasado 18 de mayo cuando en la cárcel Brians II de Barcelona donde permanecía interna en el módulo de mujeres. Una reclusa, llamada 'la Gaye', le robó y usó la tarjeta de la que disponen todos los presos para comprar tabaco en el economato del centro.

Al enterarse, Rosa denunció los hechos ante la dirección, que actuó en consecuencia contra la presunta ladrona al encontrar en su celda la tarjeta y cajetillas de tabaco que había comprado con el dinero de Rosa.

Cuando 'la Gaye' se enteró de que había sido denunciada, ésta cruzó todo el patio de la cárcel y se abalanzó sobre ella, la agredió y la insultó muy exaltada. Para separar a ambas fue necesaria la intervención de los funcionarios. Ambas fueron sancionadas con dos días de aislamiento: a una por la agresión en sí y a otra por repelerla.

Al no poder garantizar la seguridad de Rosa Peral se ha decidido trasladarla al módulo de mujeres de la cárcel de Wad-Ras, en el centro de Barcelona. No obstante, en otoño de 2017, Peral ya tuvo un conflicto en el centro penitenciario Wad-Ras cuando varias la rodearon y asediaron.

Éstas aseguraron que gracias a los contactos que la agente de la Guardia Urbana tenía con el hampa, conjunto de bandas delictivas, las trató de contratar para asesinar a su exmarido.