Los vecinos del barrio de Rosales, en Zaragoza, no quieren que se levante allí el nuevo centro de la Fundación Remar. Es una organización ultracatólica que se dedica a la rehabilitación de toxicómanos, entre otras cosas.

El ayuntamiento ha cedido completamente gratis una parcela de 4000 metros cuadrados donde se edificará el centro. Pero los vecinos creen que la fundación, lejos de ser una ONG, es una secta con ideales muy peligrosos.

Solo hay que oir a su líder, Miguel Díez, que opina que las lesbianas son comparables a satanas o que las menores son culpables de provocar que sus padres acaben abusando de ellas. Y lo mismo ocurre con los sacerdotes, que su problema, según Miguel, es que son literalmente asediados por las mujeres.

Por todo ello, un grupo de vecinos quiere impedir que construyan el centro a 100 metros del colegio de sus hijos. La Fundación REMAR ha creado más de 1.200 empresas pequeñas y medianas para el autofinanciamiento de la institución.