La Audiencia de Málaga ha condenado a cuatro hombres por asaltar la casa de otro, encargado de cuidar una plantación de marihuana, haciéndose pasar por policías nacionales o agentes de Aduanas para robar la droga. Se impone a cada uno diferentes penas y también se condena a la víctima por un delito contra la salud pública.

Según la sentencia, los acusados, "previamente concertados y dispuestos a obtener y compartir por partes iguales un sustancioso provecho económico", acudieron a la vivienda del quinto procesado en Benalmádena, Málaga. Según la resolución, les constaba que ese acusado estaba encargado de custodiar una importante plantación de marihuana. Para ejecutar el plan iban en dos coches y llevaban una pistola simulada, cuatro chalecos reflectantes con el anagrama de la Policía Nacional en la espalda y el escudo de dicho cuerpo, dos placas metálicas con la identificación de Aduanas y bridas de plástico.

Una vez llegaron al inmueble, se colocaron unos pasamontañas para evitar ser identificados, se pusieron los chalecos con el escudo de Policía Nacional, cogieron la pistola y las placas de Aduanas y se dispusieron a entrar "simulando ser agentes de la autoridad que estaban desarrollando un operativo policial", abordando en la puerta del edificio al otro acusado, indica la sentencia.

En ese momento, se identificaron como policías, le tiraron al suelo y le obligaron a entrar en el garaje. Al ser observada la escena por dos vecinos de la urbanización, los cuatro acusados les obligaron también a ellos a entrar, "arrebatándoles a ambos sus teléfonos móviles con ánimo de dejarles incomunicados", señala la resolución.

Una vez dentro de la zona de aparcamiento comunitario, los acusados, pistola en mano, obligaron a sus tres víctimas a subir las escaleras hasta llegar al apartamento en el que vivía el otro procesado, al que, tras registrar la vivienda, encañonaron y golpearon para que les confesara donde escondía la marihuana, según se declara probado.

Así, mientras que uno de los acusados se quedó custodiando a los otros dos hombres, que también fueron maniatados con bridas de plástico, los otros tres fueron con el de la vivienda a otros apartamentos del edificio donde supuestamente estaba almacenaba la droga. Una vez localizada la sustancia, dejaron a las tres víctimas maniatadas y arrancaron varias plantas de marihuana que introdujeron dentro de bolsas de basura que portaban "con la finalidad de apoderarse de ellas", lo que no consiguieron ya que fueron sorprendidos por agentes de la Policía Nacional cuando bajaban de una vivienda a otra.

Los agentes registraron las viviendas del edificio y localizaron 628 plantas de marihuana. La sustancia estupefaciente intervenida, tras ser analizada y pesada, resultó ser cannabis sativa, con un peso neto de 12.240 gramos, siendo su valor en el mercado ilícito de 15.752,88 euros. La Sala determina que la droga iba a ser destinada por los cinco acusados a su distribución o venta a terceras personas.

Así, a los cuatro acusados se les condena por los delitos de robo con violencia e intimidación en las personas en casa habitada y con uso de arma en grado de tentativa, contra la salud pública de sustancias que no causan un grave daño a la salud y en cantidad de notoria importancia en grado de tentativa, lesiones y usurpación de funciones públicas.

Se estima las circunstancias que agravan la pena de disfraz y de reincidencia, ya que tienen sentencias condenatorias previas al respecto; así como la atenuante de drogadicción, al ser consumidores de drogas al tiempo de cometer los hechos, lo que limita levemente su responsabilidad.

Así, a dos de los acusados se les impone una pena de seis años y medio de prisión a cada uno, además del pago de una multa; mientras que a otros dos se les condena a seis años de cárcel. A la víctima, responsable de la plantación, se le condena por un delito contra la salud pública, también con la misma atenuante, imponiéndole un año y medio de prisión.