¿Eres más de vino o de cerveza? Muchos lo tienen claro, pero para otros depende del momento, de la comida o incluso de la compañía. Además, puestos a elegir entre los vinos, los hay tintos, blancos, rosados, espumosos... y las cervezas las hay de trigo y de cebada, y dentro de estas hay pilsener, lager, ale, ... Todo esto sin tener en cuenta las diferentes graduaciones, fábricas y estilos de cada marca al crear su propia bebida.
Ambas bebidas fermentadas, junto con la sidra, están incluidas en la Dieta Mediterránea, considerada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, según la organización Cerveceros de España. Pero, ¿podrías elegir solo una? Para ayudar en la elección hemos comparado las propiedades de ambas bebidas alcohólicas.
Antes de empezar, recordar que si ayer u hoy te tocó vacunarte es mejor que pospongas la celebración del día internacional de la cerveza para más adelante, ya que no se recomienda beber alcohol, como mínimo, durante las 48 horas siguientes a la administración de la vacuna.
Principales ingredientes y elaboración
Las materias primas esenciales para la elaboración de la cerveza son agua, cebada malteada y lúpulo, según Cerveceros de España. La organización explica que el proceso de fermentación de la cerveza se mantiene en los últimos siglos y resalta que esta elaboración permite que los minerales, vitaminas y antioxidantes presentes en sus materias primas permanezcan en la cerveza.
Por su parte, el vino se elabora a partir de la fermentación de la uva. En España hay cerca de 150 variedades de uva, las más comunes son: airen, tempranillo, bobal y garnacha tinta, según la Federación Española del Vino. Desde la FEV destacan los efectos beneficiosos para la salud que tiene este producto si consume con moderación y en el contexto de una dieta equilibrada.
Beneficios de cada bebida
El principal beneficio de la cerveza es su capacidad de favorecer la rehidratación. De hecho, la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) la considera una bebida adecuada en una dieta equilibrada en personas adultas sanas.
Otro de los beneficios es que no engorda. El estudio de la revista científica Scielo ‘¿Influye la cerveza en el aumento de peso?’, de 2007, concluyó que no: el consumo moderado de cerveza durante un mes no hace que un adulto sano, según esta investigación. Además, el vino tiene más calorías debido a que tiene más alcohol, añade Jesús Román, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Ciencias de la Alimentación.
Por su parte, entre los beneficios del vino destacan que favorece la prevención de enfermedades cardiovasculares, gracias a su efecto antioxidante; que contribuye a la prevención de la diabetes y la obesidad y que reduce el riesgo de deterioro cognitivo y la demencia, según la Fundación para la investigación del vino y la nutrición.
Los principales perjuicios
Entre los factores negativos a tener en cuenta, la mayoría de los investigadores advierte que las bondades de estas bebidas no son suficientes motivos para que alguien que no las beba, comience a hacerlo por motivos de salud, según la FIVIN.
Los efectos negativos que provocan el vino y la cerveza provienen del carácter alcohólico de estas bebidas. Más allá de la embriaguez provocada por un consumo excesivo, aquellas personas que tengan el ácido úrico alto deberían eliminar radicalmente de sus dietas la ingesta de alcohol.
Consumo moderado y solo en edad adulta
Se habla de consumo moderado o reducido cuando no se superan diariamente una caña para una mujer y dos para un hombre, en el caso del vino sería una copa, explica Jesús Román a laSexta.com. Además precisa que, no vale acumularlas para el fin de semana.
Lo razonable es no consumir alcohol hasta la mayoría de edad, recuerda Román. Esto se debe a que puede resultar más perjudicial en los jóvenes porque su metabolismo aún es inmaduro. Cuando más joven, lógicamente peor, añade el profesor. Además, el consumo típico en jóvenes suele ser grupal y de "fin de semana" o "botellón", por lo que induce a la ingesta de cantidades excesivas claramente perjudiciales.
¿Con cuál nos quedamos?
Entonces, ¿podemos decir que una bebida es mejor que otra? La respuesta es que no, ambas son bebidas alcohólicas y hay que recordar una máxima de todos los nutricionistas: los perjuicios del consumo de alcohol son mayores que los beneficios.