Instalado en su nueva y polémica ubicación, en el número 11 de la emblemática plaza frente a la Real Casa de Correos, sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, el pasado 22 de abril, tres años después de su retirada del número 1 de la Puerta del Sol, el cartel de las bodegas jerezanas González Byass ha estrenado en la noche de este jueves su iluminación.
Al acto han acudido, entre otras autoridades, el presidente regional, Ignacio González, y la alcaldesa de la capital, Ana Botella, así como miembros de la familia del fundador de la marca de vinos andaluza, encabezados por el presidente del grupo González Byass, Mauricio González-Gordon. La casualidad ha hecho que el acto se haya celebrado solo 24 horas después de que Ignacio González afirmara en un mitin que el Partido Popular no quiere "una Europa que se parezca a Andalucía", porque ya saben "lo que pasa" en esa comunidad autónoma, dijo en referencia al escándalo de los ERE.
El icono publicitario, ideado por el burgalés Luis Pérez Solero, coronó desde 1935 el edificio del número 1 de la Puerta del Sol, siendo desmontado en piezas y trasladado a un almacén para su restauración el 18 de abril de 2011. En principio se informó de que con su desmontaje se pretendía facilitar las obras de rehabilitación del edificio en el que se encontraba, que iba a convertirse de nuevo en hotel, pero posteriormente se confirmó que en el lugar se instalaría la tienda de Appel más grande de España, por lo que se constató que no regresaría. El Ayuntamiento dijo entonces que no había razón alguna para obligar al nuevo dueño del edificio a mantener el luminoso.
Después de una movilización popular para que volviera al kilómetro 0 que llegó a recoger más de 50.000 firmas de apoyo en las redes sociales, los propietarios del número 11, situado a unos 130 metros del lugar donde estuvo emplazado casi 80 años, acordaron finalmente con la empresa jerezana que el rótulo regresaría a la emblemática plaza madrileña.
Su nueva ubicación no ha gustado a todos los madrileños. Una plataforma denominada Asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio, al igual que Pedro Pérez-Solero, nieto del creador del cartel, se ha mostrado en contra al considerar que no se debía haber cambiado de lugar tras haber sido declarado patrimonio de la ciudad y ha estimado que con su nueva localización el rótulo tiene un "impacto negativo" desde el punto de vista urbanístico.
Tras su restauración, el célebre letrero es más ligero (pesa 24 toneladas, incluida su estructura, frente a las 70 del original), según el presidente del grupo jerezano, su iluminación es más eficiente al utilizar tecnología LED y presenta un aspecto "más joven, colorido y fresco", respetando sus piezas originales como había pedido el Ayuntamiento.
En su intervención, Botella recordaba que el cartel ha sido indultado en dos ocasiones: en 2010, siendo ella concejal de Medio Ambiente en el Consistorio madrileño; y en 1996, durante la remodelación de la Puerta del Sol. El encendido del cartel se efectuaba a las 21.45 en medio de una pitada protagonizada principalmente por afectados de las preferentes y por familiares de víctimas del franquismo que se manifestaban a esa hora en la plaza.
En su intervención, Ignacio González ha recordado que el luminoso superó la Guerra Civil sin sufrir ningún daño y ha bromeado al decir que a pesar de su apellido nada tiene que ver con los González Byass. Ahora, desde las ventanas de su despacho de la sede de la Presidencia, González podrá ver, al menos hasta mayo del próximo año cuando se celebren las elecciones a la Comunidad de Madrid, la famosa botella de fino con sombrero, chaquetilla y los brazos en jarra, y las 45 letras que forman las palabras del icono publicitario: 'Tío Pepe, sol de andalucía embotellado'.
Otro gasto más
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