En la Capilla de los Gitanos hay un manto donado por la duquesa fallecida con el escudo del ducado de Alba. La hermandad del Cristo de los Gitanos, a lo largo de su historia ha llevado una vida "nómada", alojándose en diferentes iglesias sevillanas, hasta que la duquesa de Alba financió el templo actual, donde reposarán sus cenizas.

El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ha manifestado a través de una entrada en su perfil de Twitter su pesar ante el fallecimiento de esta mujer que "siempre llevó a Sevilla en el corazón y por eso permanecerá para siempre en el corazón de Sevilla". "Descanse en paz", concluye.

La comitiva abandonaba Dueñas entre las lágrimas de Eugenia Martínez de Irujo y aplausos para instalar la capilla ardiente en el Salón de Colón, en el Ayuntamiento de Sevilla. Hasta allí sus nietos han portado el féretro, y en la puerta decenas de miles de ciudadanos se han acercado para despedirla. "Parece mentira se ha dejado querer”, decía una de las vecinas.

En el interior, la familia, muy afectada, ha recibido a amigos y autoridades que se han acercado a despedirse. Carmen Tello, amiga de doña Cayetana, admitía sentirse "triste, muy triste. Por su parte, la presidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz afirmaba que "es una mujer que se ha dado al pueblo". Ana Botella recordaba que fue "una mujer que ha roto los moldes".

Representantes de la cultura, la iglesia y la sociedad sevillana han querido estar con la Casa de Alba. La cantante María del Monte declaraba que Sevilla es una ciudad especial que transmite todo sin necesidad de palabras, y en esta ocasión lo ha vuelto a hacer".

Sevilla luce con crespones negros y banderas a media asta porque se ha ido, como ellos le llamaban, su mejor embajadora.