La cafetería Handsome Her, localizada en el suburbio de Brunswick en Melbourne, ha establecido un 'impuesto' voluntario de 18% a los consumidores que sean hombres para dar visibilidad y luchar contra la desigualdad de género, según ha informado el diario australiano 'Sydney Morning Herald'. Además de esta medida, Alexandra O'Brien, propietaria de esta cafetería vegana, ha estipulado que las mujeres tengan prioridad a la hora de sentarse y ha exigido el respeto a ambos géneros, por lo que ha definido el espacio como: "de mujeres, para mujeres".
"Reglas de la casa. Regla número 1: las mujeres tienen prioridad para sentarse. Regla número 2: los hombres pagarán un 'impuesto' voluntario de 18% en sus consumiciones, para mostrar la existencia de desigualdad salarial por razón de género, que se donará a diferentes fundaciones de mujeres. Regla número 3: ambos géneros deben respetarse", puede leerse en una pizarra que hay en la cafetería.
El objetivo principal de Handsome Her es contribuir con las organizaciones que luchen por los derechos de las mujeres, pero la iniciativa también busca generar debate entorno a la brecha salarial, según una entrevista del blog Broadsheet Melbourne a la propietaria del negocio.
La primera retribución derivada de este 'impuesto para hombres' -un concepto procedente de un reportaje publicado en 2016 por la Agencia de Igualdad de Género en el Trabajo, que denunció que las mujeres cobraban un 17'7% menos que los hombres por el mismo trabajo en jornada completa- ha sido de 70 céntimos, que se han donado a la organización Elizabeth Morgan House, que defiende a las mujeres aborígenes y a menores que hayan sufrido violencia familiar.
"Quiero que las personas piensen en esto, porque hemos tenido que afrontarla (desigualdad salarial) durante décadas y estamos haciendo que ahora esta problemática esté presente. Me gusta que estemos consiguiendo que los hombres se paren a pensar y se cuestionen sus privilegios", ha manifestado O'Brien.
Se han compartido diversas imágenes de la cafetería en las redes sociales. Muchos cibernaturas han elogiado la iniciativa, pero otros la consideran discriminación de género. "Creo que si quieres luchar por la igualdad de género tienes que tratar a todo el mundo de la misma forma", ha escrito un usuario en Twitter.
Otras personas han demostrado solidaridad con la cafetería, manifestando que considerar la desigualdad de género en sus diversas facetas se trata de una decisión positiva. "Como hombre no tengo ningún problema con esta iniciativa. No hay ningún motivo para impedir que las mujeres tengan sus propios espacios y los construyan con sus propias reglas", ha publicado el usuario Josh Elliott en Twitter.