La mala combustión de una estufa de gas butano se perfila como la causa de la muerte de cuatro personas -tres hombres y una mujer- que este martes aparecieron sin vida y en avanzado estado de descomposición por una intoxicación de monóxido de carbono en una vivienda del Casco Histórico de Toledo.
Los fallecidos son una mujer de 46 años de nacionalidad española; un hombre de 56 años de nacionalidad española; un hombre 58 años de nacionalidad española aunque nacido en Reino Unido y un hombre de 64 años de nacionalidad rumana, según ha informado la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha.
Las autopsias de dos de estas cuatro personas revelan que el fallecimiento fue por intoxicación por monóxido de carbono. Los cuatro fallecidos estaban en descomposición, uno de los ellos presentaba peor estado.
Se trata del hombre en cuya habitación estaba la estufa, que cuando entraron los agentes policiales a la vivienda aún estaba con el interruptor de encendido accionado, aunque ya no había llama porque se había consumido el gas, según ha indicado el jefe Superior de Policía de Castilla-La Mancha, Javier Pérez Castillo, en una rueda de prensa que ha ofrecido este miércoles junto a la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón.
"Es susceptible que (el gas butano) traspasase de una a otra habitación", ha afirmado Pérez Castillo, que ha incidido en que el caso está en investigación. Sí han relatado cómo llegó la Policía Nacional y Local y los bomberos a la vivienda donde se encontraron los cuatro cadáveres.
El 15 de marzo, último día en que se vio con vida a los fallecidos
De este modo, Tolón ha explicado que sobre las 19.20 horas de este martes, el 112 dio aviso de que una mujer había solicitado ayuda porque hacía días que no tenía conocimiento de un conocido suyo y sospechaba que le hubiera ocurrido algo.
Según las primeras informaciones recabadas, la última vez que se les vio con vida fue el viernes 15 de marzo, si bien hasta el momento nadie ha presentado denuncias por desaparición de conocidos o familiares, más allá de la llamada de esta mujer al 112.
Por este motivo, se desplazaron a esta vivienda en un bajo del número 12 de la Cuesta de Santa Leocadia, que al parecer estaba alquilada y, a su vez, se subarrendaba por habitaciones, un detalle que han podido deducir toda vez que cada una de las tres habitaciones tiene un cerrojo por dentro.
En la vivienda, también hay una cocina, un baño y un patio interior, que fue por donde pudieron acceder los bomberos para descubrir los cadáveres, cada uno en sus habitaciones: un hombre en una habitación, otro hombre en otra habitación y un hombre y una mujer en la tercera.
Tras el primer hallazgo, los agentes de Policía Nacional y Policía Local aseguraron la vivienda, es decir, garantizaron que nadie pudiera entrar al inmueble y efectivos de la Policía Judicial y Policía Científica de la Policía Nacional se hicieron cargo de la investigación.
Además, también se personó la comisión judicial, compuesta por forenses, el juez y el letrado, que procedieron al levantamiento de los cuatro cadáveres, unas tareas que finalizaron pasada la medianoche.
Tolón ha indicado que no se han detectado signos de violencia en el domicilio ni tampoco en los cadáveres, por lo que los agentes han trabajado desde el primer momento con la hipótesis de la muerte por intoxicación de monóxido de carbono debido a la mala combustión de la estufa de gas.
Una hipótesis que parece confirmarse tras las autopsias practicadas hasta el momento, a falta de que se confirme de dónde surgió el monóxido de carbono que les causó la muerte.