César Román, conocido como 'el rey del cachopo', ha declarado este martes por primera vez ante la Audiencia Provincial de Madrid por el presunto asesinato que cometió en agosto de 2018. Es el principal sospechoso de la muerte de su pareja, Heidi Paz, quien apareció descuartizada en una maleta calcinada. Esta se encontró en una nave de un polígono industrial de Usera, en Madrid.

Durante su declaración se ha mostrado tranquilo, demostrando a cada pregunta que ha estudiado el sumario al dedillo, y ha tenido explicación para todo; incluso para el cuchillo encontrado junto a la maleta con el torso de Heidi: "Ese tipo de cuchillos los tenemos en todos los locales. Me parece que lo venden en los chinos y valen 90 céntimos". Román únicamente se ha derrumbado en una ocasión, pero ha respondido a todas y cada una de las cuestiones planteadas, centrando su argumentación en tres puntos: la declaración del taxista, el ajuste de cuentas en el que, según dice, se involucró su mujer, y su versión de lo ocurrido.

"El taxista miente"

Ocho días antes de que las autoridades descubriesen la maleta, un taxista llevó al acusado a la nave. El trabajador, testigo clave del caso, aseguró que cogió el equipaje y valoró que era "muy pesado pero no olía a nada ni salían líquidos raros". Román ha tratado de invalidar este recurso como prueba al revelar que no le dejó en el lugar que manifestó el taxista.

Ha añadido que "en la maleta que se encontró en la nave no figuran huellas ni ADN del taxista, lo que demuestra que no la tocó". Además, ha mostrado un 'trolley' azul diferente al encontrado en Usera y ha aseverado que era ese el que montó en el taxi, y no el negro que contenía el cuerpo de la muerta.

Un ajuste de cuentas

El acusado ha relatado que Heidi llegó a España huyendo de las maras de Honduras, "en concreto de la Salvatrucha". Según su versión, a la mujer "la ofrecen trapichear con cocaína y comienza a dar vuelcos de drogas". El empresario ha querido relacionar así el caso con su posterior marcha a Zaragoza. Ha narrado que el día 12 de agosto alguien se le acerca para preguntar por su expareja.

En ese momento, él, según ha detallado, lo vincula con un préstamo de 9.000 euros que ella había pedido a unos amigos. Al día siguiente el supuesto Matías y el acusado se citan en un bar. Sin embargo, este hombre no aparece. En su lugar, lo hace otro que pregunta por la víctima y por "12 kilos de cocaína".

César Román ha contado en el juicio que el hombre "sacó una pistola y la puso en su estómago" y que le amenazó: "Te vacío el cargador entero y después a tu familia. ¿Dónde están los kilos? Tienes 48 horas para decirme dónde está Heidi". Por eso, según él, se fue a la capital aragonesa, donde tenía conocidos y podía garantizar la seguridad de su hija.

Su versión de los hechos

Durante la audiencia, 'el rey del cachopo' ha detallado que la última vez que vio a su expareja fue el tres de agosto. Sin embargo, el cinco él recibe una llamada de la mujer para que acuda a Legazpi a tomar algo con ella y un amigo. Él lo rechaza porque está durmiendo y porque la relación acabó el 20 de junio, a pesar de mantener encuentros sexuales esporádicos.

"Yo no la volví a ver. He dicho un millón de veces que no vino a mi casa. Si no la vi, no la puede matar ni besar ni nada. El último día que la veo es el tres de agosto. Si hubiera venido, el posicionamiento de su móvil lo hubiera señalado. Eso refrenda lo que digo. Heidi nunca vino a mi casa", ha aseverado durante el juicio. Ha añadido que la ella le dejó una nota en su casa el 10 de agosto, cinco días después de la fecha en la que se sitúa el crimen. Cabe destacar que las autoridades fijan la fecha del asesinato el mismo cinco de agosto.

De 15 a 25 años

La Fiscalía solicita para el acusado 15 años de prisión por homicidio y profanación de cadáver con agravantes de parentesco y motivos de género. Además, pide dos indemnizaciones de 300.000 euros cada una para los hijos de Heidi, que viven en Honduras, y 100.000 para su madre. La defensa de la víctima eleva la petición a 25 años.