Las bajas temperaturas o dormir en la calle no ha sido un impedimento para las 30.000 personas que se han agolpado a las puertas de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid para solicitar una de las 288 viviendas públicas que ofrece el consistorio.

La interminable cola, que daba la vuelta a la manzana, se ha repetido durante días, debido a la incapacidad por cuestiones horarias de atender a más de, aproximadamente, 1.000 personas al día.

La entrada en vigor del nuevo reglamento ha dejado de lado los baremos por puntos, de manera que desde comienzos de año se asignará un número determinado de viviendas a ocho grupos creados por condiciones sociodemográficas.

Así, 110 viviendas en Vallecas, 51 en Villaverde, 50 en Tetuán y 77 entre Carabanchel, Usera, el centro de Madrid, Barajas y otros distritos, se repartirán entre ocho grupos: menores de 35 años o mayores de 65, familias numerosas y monoparentales, víctimas de la violencia machista y personas con discapacidad, extrema vulnerabilidad o exclusión, además de un grupo general.