Cualquiera con un móvil puede entrar en este grupo de WhatsApp. Parece una conversación inocente, pero todo lo contrario: se trata de una charla en la que la administradora promueve la anorexia y la bulimia.

"Cuando puedas, pésate". "Quiero que, cuando llegues a tu meta, me muestres tus huesos. Si no es suficiente, seguirás adelgazando hasta que yo diga basta". Estos son algunos ejemplos de los mensajes que dirige esta mujer a los participantes de esta conversación grupal.

Es tal el dominio que ejerce que, si no cumplen, también les impone castigos. "Prometí ir con mi familia a comer pollo y helado", dice una de las participantes. "Ok, entonces ayunarás cinco días como castigo", responde.

El trato es completamente vejatorio. Si no adelgazan lo que ella indica, las presiona. "Qué decepción. En tu caso nunca dejarás de ser GORDA. No puedo descuidarme ni un segundo porque ya estás embutiéndote comida", espeta.

Muchas de las redes sociales más utilizadas por los jóvenes, como Instagram, aseguran combatir los grupos de apología de la anorexia y la bulimia, pero es fácil encontrarlos. Muchos usuarios comparten su experiencia o su alegría por sus pesos ínfimos: "Más feliz que nunca, nunca se rindan niñas", expone una chica acompañando su mensaje de una foto de su báscula: 39 kilos.

Además, se convencen mutuamente de no pedir ayuda medica: "No entren en recuperación, chicas. Suben de peso a lo estúpido", afirma una de ellas. "En recuperación te hacen ganar todo el peso que habías perdido. Yo estoy obesa".

"A menudo desde los centros de atención primaria se le resta importancia a todo lo que ellas explican y muchas veces ni siquiera llegan a derivar a salud mental. Cuando derivan, la primera visita tarda más de un mes", denuncia la directora de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia, Sara Bujalance.

Este problema se ha disparado: sólo en Cataluña, las atenciones a adolescentes se han duplicado con la pandemia. En Madrid, el Hospital Niño Jesús, especializado en pediatría, tuvo el año pasado un 20% más de ingresos por estos trastornos.

Dos detenidos

Habla el matrimonio que sufrió un robo con violencia: "Creíamos que nos mataban"

Todo empezó a la hora de la siesta, cuando llamaron a la puerta y aparecieron dos encapuchados: "Uno subió la escalera hacia arriba y el otro me empujó al salón y vio a mi marido hablando por teléfono".