El coche del kamikaze que murió y dejó varios heridos en Asturias quedó partido literalmente por la mitad después del segundo accidente que provocó, tras varios kilómetros conduciendo en dirección contraria a gran velocidad.

El 112 recibió la primera llamada pasadas las 23:00 horas. Varios testigos habían visto en la A-8, dirección Gijón, a un hombre circulando muy deprisa en sentido contrario, a la altura de Cudillero.

"Se confirmaba que se trataba de un kamikaze y que venía de un pueblo que está a 50 kilómetros de Gijón", explica José Ramón Menéndez, jefe de intervención de Bomberos del Ayuntamiento de Gijón.

La Guardia Civil activó el operativo pero no pudieron detenerlo. Calculan que conducía a unos 200 kilómetros por hora, porque tan solo 18 minutos después y a 56 kilómetros de donde fue visto por primera vez provocó el primer accidente.

Colisionó contra un vehículo en el que viajaba un matrimonio. "Uno sale por su propio pie y la otra persona está atrapada por las piernas", indica Menéndez. "El lado del conductor es un amasijo de hierros", añade.

El hombre excarcelado del coche destrozado, de 69 años, permanece ingresado con pronóstico reservado y su mujer tiene varias fracturas.

Minutos después, el conductor kamikaze provocó un segundo accidente, el que le causó la muerte. Se vio implicado un coche en el que viajaba una familia. Resultaron heridos leves tres de sus cuatro ocupantes, dos de ellos menores de cuatro y cinco años.

La Guardia Civil ya ha dado con la familia del fallecido para esclarecer qué ha podido ocurrir.