Olaya Louzao empezó sin más a tener alergia muy fuerte a la carne y tras años buscando el por qué, los médicos descubrieron al culpable: una garrapata. Desde que sufrió su picadura, es intolerante incluso a gominolas o dulces hechos con grasas animales y vive pegada a una pistola de adrenalina.
"Todo vomitar, todo ir al baño, cólicos muy fuertes, me incapacitaba, no poder moverme. Sé que fue justo hace tres años porque empezaron las molestias y tardé como un año en saber que algo me pasaba", explica.
No todos los tipos de garrapatas provocan alergia a la carne y poca gente la desarrolla, pero si nos pica una conviene estar atentos a sus claves: provoca intolerancia a cualquier carne de mamífero, vaca, cerdo o cordero, aparecen erupciones en la piel e hinchazón y en los casos más serios puede resultar muy grave.
Los síntomas aparecen a las seis horas de haber comido. La mayoría de casos están en Galicia y zona norte, entre personas que frecuentan áreas rurales. Cuando nos pica una garrapata hay que sacarla con pinzas, para que no se quede la cabeza dentro de la piel.