En tan sólo cuestión de unas horas, el paisaje urbano del pueblo de Todoque ha vivido un cambio brutal. La lava ha sepultado edificios sin remordimientos y los vecinos asisten, atónitos y emocionados, a la destrucción de sus calles, sus plazas, sus lugares. Desde los más comunes a los más emblemáticos, como el restaurante Altamira, tótem de la gastronomía local. Según los últimos datos del satélite europeo Copernicus, la lava ha destruido ya un total de 166,2 hectáreas, afectando a 374 viviendas (350 destruidas y 24 dañadas) y a más de 16.100 personas.

Las imágenes del antes y el después son escalofriantes. Un edificio erigido hace décadas que desaparece tras la llegada de la colada en cuestión de minutos. No es el único, también casas, como el edificio verde que puedes ver en el vídeo sobre estas líneas, se desploma en apenas unos segundos.

Esta pedanía de La Palma llora su desgracia. El paisaje ahora es irreconocible. Una zona que edificaron ellos mismos, con sus propias manos, durante varias generaciones.

Las casas, el ambulatorio, la iglesia

"Tenemos nuestra plaza, hecha a mano por la gente. Yo, por ejemplo, tengo en mi casa fotografías antiguas en las que mi abuelo y mi padre de niño ayudaron a hacerla", cuenta un vecino ante los micrófonos de laSexta.

Ahora están en una rutina bien distinta: intentan recoger, emocionados, sus pertenencias de sus viviendas mientras asisten a los últimos momentos de su barrio tal y como siempre lo han conocido.

Lo mismo sucede para diferentes casitas, el ambulatorio, la iglesia. Por no hablar de las fincas de plataneras que ya no serán fértiles en un buen puñado de años. Aunque hay lugares, como el tubo volcánico de la Cueva de las Palomas, que esperan que aún puedan salvarse.

Pese al denodado esfuerzo del personal de emergencia por tratar de desviar el cauce de la lava para minimizar los daños materiales, tanto el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, como el del Cabildo de La Palma, Mariano Zapata, se han mostrado resignados: no hay nada que hacer ante la fuerza de la naturaleza.

"Es inviable redirigir la lava y no se puede realizar ninguna actuación al respecto", concluyen. La ralentización de las coladas permitía al menos a los vecinos de Todoque este miércoles regresar a sus casas para retirar enseres y documentos esenciales.