La Fiscalía alemana formuló acusación por cinco delitos sexuales, tres de ellos de violación, contra el alemán Christian Brueckner, sospechoso de la desaparición en 2007 de la niña británica Madeleine McCann, aunque no relacionados con ese caso.
La acusación, difundida hoy por la fiscalía de Braunschweig (norte de Alemania), explicita que los cargos se dirigen contra el mismo sospechoso de la desaparición de la niña, ocurrida el 3 de mayo de 2007 en el apartamento de Praia da Luz, en Portugal, donde pasaba las vacaciones con sus padres.
Sin embargo, no se hace mayor referencia a ese caso, aunque sí establece que sigue sujeto a investigación. Las acusaciones de la fiscalía se concretan sobre cinco casos ocurridos entre diciembre de 2000 y junio de 2017, asimismo en Portugal. Tres de esas acusaciones son de violación, mientras que las dos otras dos son de abusos sexuales en grado grave.
En el primer caso, su víctima fue una irlandesa de 20 años, a la que asaltó y violó brutalmente al irrumpir enmascarado en su apartamento vacacional. Otras de sus víctimas fue una niña alemana de diez años, a la que sorprendió mientras jugaba y obligó a presenciarlo mientras se masturbaba, pero que finalmente logró escapar.
Sus víctimas fueron niñas o mujeres de entre diez y 80 años, de casos hasta ahora desconocidos y algunos de ellos revelados a través de videos grabados por el propio sospechoso. Brueckner, con un amplio historial de delitos por abusos sexuales y pederastia, cumple actualmente una condena de siete años de cárcel por la violación de una turista estadounidense de 72 años, cometido asimismo en Portugal.
Maddie tenía tres años en el momento de su desaparición y sigue sin conocerse su paradero, pese a las investigaciones movilizadas por sus padres, tanto en Portugal como en el Reino Unido y ante sucesivas instancias internacionales.
El sospechoso vivió de forma regular en Portugal a partir de 1995 y hasta al menos ese mismo año de 2007, aunque con posterioridad regresó a menudo a ese país. Vivía de trabajos ocasionales, también relacionados con el turismo, y perpetraba delitos contra la propiedad, robos en hoteles y apartamentos.
La noche en que desapareció Maddie se encontraba cerca del complejo donde pasaban sus vacaciones los McCann, según datos recabados de su teléfono móvil. Las sospechas de su relación con la desaparición de la pequeña tomaron fuerza tras ser extraditado por las autoridades portuguesas a Alemania, acusado de otro delito de abusos sexuales a menores.