Cabecear durante unos segundos, un pequeño volanteo y con ello la pérdida de control de autobús es lo que hizo que el vehículo chocara contra la pared de piedra, un fortísimo impacto que rompió los cristales e hirió a los pasajeros que viajaban en el lado derecho.

Descontrolado avanzó varios metros dando volantazos, sin cinturón, alguno de los viajeros sale despedido por la ventana. Apoyado sobre el guardarrail empieza a frenar y termina volcando sobre el lado derecho.El margen de la carretera, demasiado profundo para los expertos, fue el determinante en el vuelco.

Pero será la investigación de la Guardia Civil la que determine las causas. Ya han comenzado el informe técnico: el tacógrafo, uno como éste, desveló que no había exceso de velocidad. Pero se ha enviado a al departamento de reconstrucción de accidentes para conocer más datos como si se respetaron los tiempos de descanso. La reconstrucción podría tardar hasta tres meses y será una prueba imprescindible en el juicio. Ayudará a determinar su hubo imprudencia por parte del conductor.

El conductor, tras ser puesto el lunes en libertad provisional, comunicada y sin cargos por parte de la juez que instruye el caso, Carlos Cayuela pudo hablar con el conductor, que estaba "destrozado" y que dice que "se quiere morir".

Según el alcalde de Serranillos, el conductor, que resultó ileso, "no sabía lo que había pasado", pero tras lo ocurrido trató de rescatar con sus propias manos a algunos de los fallecidos y heridos mientras señalaba: "Yo tenía que ser uno de ellos".

Carlos Cayuela asegura que todo el pueblo se siente "afectado" y "consternado" por lo sucedido y por el hecho de que el conductor sea vecino de esta pequeña localidad a 48 kilómetros al sur de la capital.

En el siniestro también resultaron heridas de diversa consideración 22 personas, 10 de las cuales permanecen ingresadas en centros de Ávila y Salamanca. 

Un solemne funeral, que se celebrará el jueves en la Catedral presidido por el obispo de la diócesis, recordará a las nueve víctimas mortales, siete de las cuales recibirán sepultura este martes en distintos emplazamientos. 

La ceremonia religiosa en el principal templo abulense estará presidida por el obispo Jesús García Burillo, que "rezará por el eterno descanso de los fallecidos y la pronta recuperación de los heridos", ha informad el Obispado.