En los salones de juego se
relacionan, toman unas cañas y ya
de paso hacen alguna apuesta o echan una partida. Las
casas de apuestas ya forman
parte del ocio juvenil, chavales de entre 18 y 24 años que empiezan apostando y
que después pasan a jugar en casa, online.
"Todo el mundo
juega y apuesta", es lo que dicen los jóvenes, que lo tienen absolutamente
normalizado, una visión despreocupada del juego que preocupa mucho a los
expertos.
"Forma parte de su
manera de entender el ocio. Para celebrar un cumpleaños van al bingo, esto es
una novedad, esto no había pasado antes", asegura Eulalia Alemany, directora
técnica de la Fundación Ayuda contra la Drogadicción.
Algunos tienen como meta
incluso profesionalizarse, fantasean con ser apostadores o jugadores
profesionales: quien gana más es el líder del grupo, el ejemplo a seguir.