Si bien la pandemia supuso un parón sin precedentes en la actividad escolar de millones de niños, la vuelta a la presencialidad y el levantamiento de las restricciones hace que muchos alumnos se topen de nuevo con una de sus peores pesadillas: el acoso escolar.

Y es que a pesar de que este tipo de 'bullying' bajó durante la pandemia a causa del estado de alarma, la teleeducación y el mayor control de los profesores por cuestiones sanitarias—ha pasado de un 50,1% de casos de bullying en 2016 a un 15,2% este año—, sí han crecido las agresiones grupales, con un incipiente aumento del acoso por redes sociales.

Estas son las conclusiones extraídas por el informe anual sobre acoso escolar de Fundación ANAR y Fundación Mutua Madrileña, presentado este miércoles, y en el que han participado 18.510 alumnos y casi 500 docentes. Los datos, en este sentido, son demoledores: los estudiantes admiten que han aumentado las agresiones en grupo, pasando de un 43,7% en 2018-19 a un 72,4% en 2020-21, un incremento del 65%.

El ciberbullying, la forma de acoso más frecuente

El informe señala que la reducción general del abuso escolar supone un hecho positivo, especialmente por las campañas de concienciación de los últimos años. Sin embargo, la excepcionalidad de la pandemia ha podido influir en la estadística, además teniendo en cuenta que el acoso escolar ha sufrido una metamorfosis. Buena parte de la violencia se ha trasladado de los puños a los móviles.

Según los datos de ambas fundaciones, el ciberbullying es la forma de acoso que más presente ha estado desde que comenzó la pandemia, pues una cuarta parte de los alumnos afirma conocer compañeros de clase que podrían haberlo sufrido.

Además, también han cambiado las propias redes sociales en las que se producen estos abusos. Si bien WhatsApp sigue siendo la herramienta dominante (con un 53,9% de los casos), también hay que contabilizar a Instagram (44,4%), TikTok (38,5%) e incluso algunos videojuegos en línea (37,7%).

Asimismo, en el informe se desgranan los tipos de agresión que sufren los alumnos acosados, aumentando los insultos, motes y burlas (86,3% de los casos), la difusión de rumores (46,9%), y los empujones y las collejas (45,3%). Junto con eso, entre los motivos principales por los que se produce este bullying están el aspecto físico (52,5%), ser diferente(46,4%) o las cosas que dice o hace (39,1%).

Se registran más casos porque hay más conciencia

Uno de los puntos principales en torno a los que gira la investigación es que estos hechos no tendrían por qué representar solo un aumento de la violencia, sino que los alumnos, a través de las campañas de información en los colegios, ahora están más concienciados con respecto al acoso. De ahí que se muestren más en las estadísticas.

En este sentido, el informe refleja que el 21,8% de los alumnos encuestados reconoce haber podido participar en un caso de acoso sin ser consciente de ello, aunque el 96,4% afirma que no lo haría en el caso de darse cuenta. En cualquier caso, un 88,1% admitió que la unión de los compañeros ante una situación de bullying hace que el afectado se sienta mejor.

Así, el estudio resalta que los alumnos son más conscientes del daño que genera el acoso escolar, tanto a las víctimas como a sus familias, a los observadores, a los profesores, a toda la clase, e incluso al propio agresor. Sin embargo, todavía hay tareas pendientes, entienden los alumnos, debido a que con sus respuestas ponen sobre relieve que solo sólo el 52,2% de los casos fueron resueltos, y consideran que fue, en gran parte, por iniciativa del colegio.

Más de la mitad prohibirían el móvil en clase para evitar el acoso

Junto con estos datos, un punto importante gira en torno a la prevención. Y a la vista del papel que juegan las redes sociales en la violencia escolar, la mayoría de alumnos ha dado el visto bueno a que los centros sean más tajantes con el uso de los teléfonos móviles en el aula.

El 52,4% de los encuestados prohibiría el teléfono móvil en los colegios, debido a que esta práctica impediría el ciberbullying (a través de burlas, difusión de imágenes y vídeos), evitaría distracciones y mejoraría la atención en clase. Entre los que no están de acuerdo, afirman que es necesario para llamadas de urgencia y que se debería permitir en el recreo o como herramienta escolar.

Aun así, para los alumnos, la forma más eficaz de resolver el acoso escolar es avisar al profesor. En cuanto a los profesores, más de la mitad (51%) reconoce la falta de recursos y formación entre el personal docente como barrera a la hora de intervenir en situaciones de acoso escolar.

De esta forma, los docentes concluyen que tiene más sentido el trabajo con el alumnado en el respeto a las diferencias y el diálogo que las acciones punitivas, como la expulsión del centro escolar, y sugieren a padres y madres educar en valores y prestar atención a los hijos como medidas de prevención del acoso escolar.