El investigador afirma que los guardias civiles querían creer que Ana Julia Quezada, que ha confesado el crimen tras haber sido detenida, tenía retenido a Gabriel junto con algún colaborador para obtener un rescate.

No obstante, las investigaciones y su propia experiencia profesional les indicaban lo contrario.

Por desgracia, el niño estaba muerto, ha continuado el agente, que ha resaltado el cariño y la confianza que han querido transmitir a la familia desde el primer momento.