En Semana Santa unos 850.000 menores se quedan sin beca comedor, lo que provoca una alteración en su dieta saludable, ya que muchas familiar no pueden garantizar por sus ingresos la ingesta de carne o pescado dos veces a la semana. Las familias hacen malabares estos días. Así nos lo cuenta Gabriela, madre de dos hijos que estarán en casa toda la semana: "Implica un gasto más grande. Con 100 euros te rondaría para hacer un desayuno, un almuerzo y una cena y muy justos".

Sus hijos tienen una beca comedor, pero estos días, en los que no hay colegio, les toca hacer un esfuerzo extra en casa. "Cuando los niños están en casa, este menú para mi esposo no puede ser tan completo, por lo que yo trato de comer en mi trabajo", cuenta.

Por lo que en Semana Santa unos "850.000 niños y niñas, que tienen una beca comedor por necesidad, se quedan sin esa posibilidad de comida saludable diaria", tal y como informa Pilar Orenes, directora general de Educo. Una situación que denuncian ONGs como la suya.

"Algunas personas estarán pensando que es solo una semana, y que no pasa nada, pero este es un ejemplo de lo que pasa cada vez que el colegio cierra las puertas", comenta.

A esto se suma que muchas familias tampoco pueden asegurar a sus hijos actividades de ocio y tiempo libre en vacaciones, ya que "un 34% de los hogares en los que hay niños o niñas o adolescentes no se puede permitir tomar al menos una semana de vacaciones al año", asegura Carmela del Moral, responsable de políticas de infancia en Save the Children.

Gabriela y su marido trabajarán esta Semana Santa y con sus sueldos tampoco pueden permitirse pagar a quien cuide de sus hijos. "Tomarnos vacaciones en este momento sería un lujo", se lamenta. Por lo que pide "más campamentos gratuitos" en vacaciones para los niños. Lo que ayudaría a cubrir unas necesidades mínimas para quienes, por sí mismos, no pueden optar a ellas.