Y dos años después, volvemos a vernos las caras. El Consejo de Ministros ha aprobado la nueva norma que elimina, a partir de mañana, la obligación de llevar mascarilla en espacios interiores, salvo en centros sanitarios y sociosanitarios y en todos los transportes.

El nuevo real decreto que ha presentado la ministra de Sanidad, Carolina Darias, al resto del Gobierno, y que este miércoles se publicará en el BOE, pone fin así a dos años de mascarilla obligatoria en lugares cerrados, aunque queda la duda de qué pasará en los ambientes laborales ya que serán los responsables de prevención de cada centro quienes decidan cómo proceder.

A la espera de los pormenores del texto en el que se ha estado trabajando hasta última hora y sobre el que ha profundizado algo más la ministra Darias en rueda de prensa, lo que se sabe de momento es que a partir de mañana solo habrá que ponérsela obligatoriamente en "aquellos espacios en los que puede haber personas con vulnerabilidad". En el caso de los entornos de trabajo, algo que ha causado mucha incertidumbre, la ministra ha señalado que la norma general es "la no obligatoriedad en el ámbito laboral".

Seguirá siendo obligatoria en centro sanitarios

Es decir, visitantes y trabajadores de centros, servicios y establecimientos sanitarios -incluyendo las farmacias o los centros de transfusión de sangre- y sociosanitarios, especialmente las residencias, aunque no las personas ingresadas en ninguno de estos lugares a menos que estén usando espacios comunes.

También habrá que llevarla en los transportes públicos como el tren y el avión, los autobúses y el metro. Y en el caso del barco, según ha detallado hoy Darias, cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad. Más allá de eso, a preguntas de laSexta por la utilización del cubrebocas en andenes y marquesinas a la espera del medio de transportes, Darias ha matizado que ahí no será de uso obligado.

De esta forma, la mascarilla se aconsejará "cuando hay aglomeraciones y cuando se trate de personas vulnerables", en la línea de lo que propusieron los expertos de la ponencia de alertas en los que el Ejecutivo se ha apoyado para tomar esta decisión.

Sin mascarillas en el cole

Los alumnos ya no tendrán que utilizarla "en el ámbito escolar", aunque sí se recomendará a los profesores con factores de vulnerabilidad, al igual que otras personas con estas mismas condiciones en las que no puedan mantener 1,5 metros de distancia interpersonal.

En los centros de trabajo, serán los servicios de prevención de riesgos laborales los que valoren la necesidad de llevar mascarillas, si bien la ponencia lo aconseja cuando la distancia interpersonal sea inferior a 1,5 metros y no pueda garantizarse la ventilación adecuada del espacio. "Los responsables en riesgos laborales y de acuerdo con la evaluación del riesgo de cada puesto de trabajo particular podría imponerla", ha explicado la titular de Sanidad.

Y en otros lugares cerrados de uso público como comercios, cines, teatros, salas de conciertos, museos, bares, restaurantes, locales de ocio nocturno, lo recomendable es un "uso responsable" del cubrebocas, al igual que en el entorno familiar, las reuniones de amigos y celebraciones privadas.

Será, en definitiva, una norma de "sentido común", dijo ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convencido de que "mucha gente" continuará llevándola "como elemento de protección".

Porque que se acabe con su obligatoriedad no quiere decir que quien quiera ponérsela no pueda hacerlo. La norma llega tres semanas después de que España haya inaugurado una nueva fase de la pandemia en la que ya solo se cuentan los casos graves y en entornos vulnerables y en la que las personas con síntomas leves o sin ellos no deben aislarse. "La pandemia sigue entre nosotros pero evoluciona de manera positiva", ha advertido Darias. "Es una respuesta estratégica en función de la situación actual y siempre de la mano de la ciencia, de los expertos y de la mano de las comunidades autónomas", ha sentenciado.

Dudas de los expertos

La relajación divide a quienes opinan que aún es pronto para quitarse la mascarilla y lo que creen que ya ha llegado el momento. Así por ejemplo, la viróloga del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) Sonia Zúñiga apuntaba esta semana a Efe que sería "prudente" esperar a ver cómo funciona esta nueva estrategia; "podría ser sensato", añadía, retirar las mascarillas de "manera gradual", comenzando por ambientes con menor riesgo, como los colegios, como propusieron en su día los pediatras.

"Es todavía un poco prematuro hacer una evaluación completa" de esta nueva fase, coincidía la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), que precisaba además que la movilidad de la Semana Santa y otras festividades podría modificar la situación, por mucho que los indicadores de gravedad estén bajos.

Mientras que para el microbiólogo de la Universidad de Navarra Ignacio López-Goñi "ya es hora" de quitársela en interiores, si bien puntualizaba que el hecho de que no vayan a ser obligatorias "no significa que no sean recomendables".